El diputado cubano y líder de la orquesta «Arnaldo y su Talismán», Arnaldo Rodríguez Romero, protagonizó un concierto en el Malecón habanero tras la Marcha del Pueblo Combatiente convocada este viernes. Sin embargo, lo que debería haber sido un evento masivo terminó siendo un espectáculo desolador, con apenas un centenar de asistentes.
Realidad versus redes sociales
Un video compartido en redes sociales captó el concierto en directo, mostrando una plaza casi vacía, un escenario preparado para una multitud inexistente y un ambiente de total indiferencia. A pesar de ello, Rodríguez Romero publicó en sus propias redes sociales un video diferente, en el que se observaba una audiencia más numerosa y un ambiente aparentemente más animado.
Los detalles de ambos videos no tardaron en ser analizados. Diferencias en la iluminación, el vestuario y la estructura del escenario sugieren que las imágenes compartidas por el músico no corresponden al evento real, lo que pone en duda la autenticidad de su publicación.
Desconexión entre discurso y realidad
Mientras en su video aparece con un colorido pulóver de mangas cortas y un público sin elementos propagandísticos visibles, en la grabación original se le ve con una chaqueta marrón de mangas largas, rodeado de un público escaso y desinteresado. La discrepancia entre ambas versiones no pasó desapercibida para los usuarios en redes sociales, quienes cuestionaron la honestidad del diputado y músico.
Una marcha de números inflados
El concierto de Rodríguez Romero reflejó la pobre asistencia de la Marcha del Pueblo Combatiente, convocada por Miguel Díaz-Canel para clausurar el cuarto período de sesiones de la Asamblea Nacional. Aunque el régimen afirmó que más de medio millón de personas participaron, imágenes captadas por ciudadanos apuntan a cifras mucho más modestas, estimadas entre 30,000 y 50,000 asistentes, menos del 10% de lo anunciado oficialmente.
Cuando la música pierde conexión
Rodríguez Romero, diputado por Morón, Ciego de Ávila, se ha convertido en un símbolo de los artistas alineados con el oficialismo, que defienden una narrativa cada vez más desconectada de la realidad cubana. Su servilismo hacia un régimen marcado por la represión y la manipulación ha provocado el rechazo de un creciente número de cubanos que exigen cambios en la isla.