La icónica heladería Coppelia, conocida como la Catedral del Helado en La Habana, atraviesa un momento crítico. Cerrada y en evidente estado de abandono, este emblemático lugar ha dejado a cubanos y visitantes perplejos, preguntándose qué le depara el futuro a este símbolo de la ciudad.
Coppelia: vacío y desolado
En un video reciente publicado por el periodista independiente Carlos Milanés, se expusieron las alarmantes condiciones de este establecimiento. Mesas vacías, sillas desoladas y un ambiente de total inactividad comercial son ahora la imagen de lo que alguna vez fue un punto de encuentro para familias, jóvenes y ancianos.
“Aquí no se vende un pan, aquí no se vende un helado, aquí no se vende nada”, afirmó Milanés, mientras recorría el lugar mostrando el deterioro de su infraestructura. Según su reportaje, la heladería lleva más de un mes y medio cerrada, sin señales claras de rehabilitación o reapertura.
Privatización en el horizonte
El reportero también sugirió que el cierre podría estar relacionado con un eventual proceso de privatización. “Están esperando prácticamente que se destruya o que se convierta en una mipyme”, señaló Milanés, refiriéndose al modelo de micro, pequeñas y medianas empresas que ha generado polémica en la isla.
Para muchos cubanos, este modelo está vinculado a la cúpula gobernante, lo que genera desconfianza. “Este es el único lugar donde faltaría que lo cogieran las famosas mipymes,” expresó Milanés, evidenciando el sentir de quienes temen que el destino de Coppelia quede en manos privadas.
Más que helado: un símbolo cultural
Coppelia no es solo una heladería; representa décadas de tradición y recuerdos para generaciones de cubanos. Este lugar fue, durante años, un oasis de alegría y sabor en medio de las dificultades cotidianas, y su estado actual refleja una crisis que va más allá de lo empresarial.
El cierre de Coppelia no solo afecta la economía local, sino que también golpea la identidad cultural de La Habana. En su ubicación estratégica, en la intersección de L y 23, Coppelia ha sido testigo de innumerables historias, tanto en la vida real como en la ficción.
Un lugar lleno de historia
Fundada en 1966, siete años después del triunfo de la Revolución, Coppelia se convirtió rápidamente en un ícono habanero. Su fama trascendió fronteras, especialmente tras aparecer en la película Fresa y Chocolate, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío.
En una de las escenas más memorables del filme, el personaje de Diego, interpretado por Jorge Perugorría, disfruta de un helado de fresa adornado con frutillas frescas. Esta imagen quedó grabada en la memoria colectiva como un símbolo de la riqueza cultural y social de la isla.
¿Un futuro incierto?
Aunque algunos trabajadores permanecen en el lugar para mantener la limpieza, no hay servicios ni productos disponibles para el público. Esto agrava las incertidumbres sobre el destino de este espacio emblemático.
Milanés cerró su reportaje con un llamado a la verdad: “Que nadie te lo cuente y que nadie te diga que es mentira”. Este mensaje resuena entre quienes temen que Coppelia desaparezca o se transforme en algo completamente ajeno a lo que representó para varias generaciones de cubanos.