El 6 de enero de 2015, el nacimiento de Gema, hija del exespía cubano Gerardo Hernández Nordelo y su esposa Adriana Pérez, desató una ola de controversia que sigue vigente casi una década después. La niña fue concebida mediante inseminación artificial mientras su padre cumplía condena en una prisión federal de Estados Unidos, un hecho que no solo marcó un hito en las tensiones políticas entre ambos países, sino que también generó escepticismo entre quienes cuestionaron cómo fue posible lograrlo.
El secreto mejor guardado
Gerardo Hernández abordó el tema recientemente en el programa oficialista Mesa Redonda, donde entre risas comentó que en redes sociales todavía recibe insultos y burlas que lo llaman «tarrú». Según sus palabras, el documental Gema de Cuba reveló algunos detalles de la estrategia que permitió la concepción de su hija, pero dejó claro que “todavía hay cosas que no se conocen”.
“Fue una jugada magistral, un ajedrez tan bien jugado que los odiadores no lo pueden concebir”, expresó. Añadió que la polémica surgió porque el hecho fue llevado con absoluto secretismo: “Se la pasamos por la nariz y no se la olieron”.
El papel del senador Patrick Leahy
En 2015 se supo que el senador estadounidense Patrick Leahy desempeñó un papel fundamental en este proceso. Según trascendió, Leahy medió para que Adriana Pérez pudiera presentar una solicitud al Departamento de Justicia, lo que permitió llevar a cabo el procedimiento de inseminación artificial. Este proceso, financiado por el gobierno cubano, se realizó con éxito tras dos intentos, y fue supervisado por Leahy y su esposa Marcelle.
Sin embargo, no todos vieron este hecho con buenos ojos. La congresista Ileana Ros-Lehtinen envió una carta de protesta al Departamento de Justicia criticando duramente cómo se permitió que un preso federal pudiera concebir un hijo mientras cumplía condena.
La polémica en redes y el impacto político
El embarazo de Adriana Pérez no solo generó críticas en Estados Unidos, sino que también avivó el debate en Cuba, especialmente en las redes sociales. Hernández afirmó que las reacciones fueron intensas, con ataques personales y teorías de conspiración que cuestionaban el procedimiento.
A pesar de las críticas, el exespía considera el nacimiento de Gema como “el mayor premio a todos los sufrimientos” vividos durante los 16 años de separación de su esposa. Según él, el embarazo de Adriana jugó un papel clave en las negociaciones que eventualmente llevaron a la liberación de los espías cubanos.