En una reciente intervención durante el cuarto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció una medida que podría transformar el panorama inmobiliario de Cuba. El gobierno cubano actualizará los valores referenciales de las viviendas, que ahora serán cinco veces mayores a los establecidos en 2017. Un ajuste que, según el dirigente, responde a la necesidad de adaptar los precios oficiales a los valores reales del mercado. La intención es reducir la evasión fiscal y la morosidad en los pagos relacionados con las transacciones de bienes inmuebles.
Precios más realistas y un sistema más transparente
Uno de los aspectos clave de esta medida es la clasificación de las viviendas por zonas, lo que permitirá un ajuste más preciso de los valores dependiendo de la ubicación. Esta estrategia busca que el precio de una vivienda esté más alineado con la realidad del mercado local, algo que, en teoría, podría hacer más justos los precios en comparación con la situación que ha prevalecido hasta ahora.
El cambio también incluye la modificación en los impuestos sobre ingresos personales derivados de la compraventa, herencia y donación de propiedades. A partir de esta reforma, los impuestos se calcularán y se pagarán según el valor real de las transacciones, lo que podría aportar más transparencia al proceso, algo que se necesita con urgencia en un sector tradicionalmente marcado por la informalidad.
Pago total antes de la firma notarial: Un nuevo requisito
Otro de los cambios más relevantes es la obligatoriedad de pagar el total del precio de la vivienda antes de realizar el acto notarial y la inscripción en el registro de la propiedad. Este requisito está diseñado para garantizar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y legales de las partes involucradas, pero también añade una carga económica adicional en un contexto donde muchas personas ya enfrentan dificultades económicas.
¿Modernización o nuevos desafíos?
El gobierno cubano busca, con esta medida, modernizar su sistema de gestión inmobiliaria, y aunque el objetivo de promover la transparencia y reducir los niveles de evasión fiscal suena positivo, no está claro cómo estos cambios impactarán a los ciudadanos en un entorno económico ya de por sí complicado. La actualización de los valores de las viviendas podría representar una solución a largo plazo para algunos problemas estructurales, pero también podría generar nuevos desafíos para aquellos que ya enfrentan problemas para acceder a la vivienda o para hacer frente a los pagos asociados.
El dilema de la vivienda en Cuba
La vivienda sigue siendo uno de los temas más candentes en la cotidianidad cubana, especialmente cuando se compara con las inversiones en el sector turístico, como los hoteles que continúan proliferando por todo el país. En un contexto donde muchas familias luchan por acceder a un hogar digno, la falta de una política pública efectiva que priorice las necesidades de la población más vulnerable genera inquietud sobre el enfoque del gobierno hacia este sector.
Aunque la medida puede parecer un avance en términos de formalizar y actualizar el mercado inmobiliario, muchos se preguntan si esta reforma realmente beneficiará a los ciudadanos comunes o simplemente incrementará las barreras para quienes ya se enfrentan a la escasez de recursos y a un sistema de vivienda que no ha respondido de manera efectiva a las necesidades de la población.