Una escena desgarradora se vivió este fin de semana en el Aeropuerto Internacional de La Habana, cuando un niño que vendía caramelos terminó siendo llevado en una patrulla policial. Este hecho, que refleja la creciente vulnerabilidad de los menores en Cuba, fue documentado en un video compartido por el periodista Mario Vallejo de Univisión 23.
El incidente en la Terminal 3
El video muestra cómo el niño, al ver a un oficial acercarse, intenta alejarse llorando, mientras sostiene una cubeta de pintura que aparentemente contenía los caramelos que vendía. A pesar de su esfuerzo por escapar, los agentes lo alcanzaron y lo subieron a la patrulla en la Terminal 3 del aeropuerto.
Esta escena ha generado una ola de indignación en las redes sociales, con muchas personas cuestionando el trato dado al menor y reflexionando sobre las difíciles condiciones que enfrentan los niños en la isla.
El rostro infantil de la crisis cubana
El caso de este niño no es aislado. En Cuba, cada vez son más los menores que se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias a sobrevivir, en medio de una crisis económica que parece no tener fin. Niños y adolescentes recorren las calles vendiendo productos como dulces, tamales, aguacates o maní, enfrentando largas jornadas bajo el sol y condiciones de trabajo precarias.
Uno de los casos recientes que más conmovió a la opinión pública fue el de un joven de 15 años en Camagüey, que, a pesar de tener una traqueotomía, se dedica a vender pizzas en las calles para aportar dinero a su hogar. Según el periodista José Luis Tan Estrada, el joven no solo vende pizzas, sino que se dedica a cualquier actividad que le permita «ganarse su dinerito».
Historias de lucha y supervivencia
Otra historia que resalta el impacto de la crisis económica en los menores cubanos es la de dos hermanos pequeños en La Habana, quienes recorren las calles vendiendo caramelos para ayudar a su abuela, con quien viven. Estas historias no son casos excepcionales, sino reflejos cotidianos de una realidad que afecta a miles de niños en el país.
El año pasado, en Santiago de Cuba, fue visto un niño de unos 10 años recogiendo desechos en las calles para venderlos como materia prima a una empresa estatal. Con un palo en su espalda cargaba dos sacos llenos y recogía cajas de cartón vacías, en una imagen que retrata la desesperanza de muchos hogares cubanos.