El periodista cubano especializado en deportes, Yasel Porto, ha compartido una denuncia pública sobre el estado de abandono y deterioro en el Cementerio de Colón, el camposanto más emblemático de La Habana. Porto, quien reside en Estados Unidos, viajó a la isla con el propósito de visitar la tumba de su abuela, pero lo que encontró lo dejó impactado.
Durante su visita, Porto descubrió que el panteón donde reposan los restos de su abuela estaba en condiciones deplorables. Según relató en su página de Facebook, DPorto Sports LLC, la puerta del panteón estaba abierta, y había evidentes signos de vandalismo en el interior. Este hallazgo lo llevó a cuestionar si los restos de su familiar aún permanecen allí, ya que no pudo comprobarlo debido a la falta de seguridad y permisos necesarios para acceder al área.
El deterioro alcanza a figuras históricas
El periodista también observó el evidente descuido en otros sectores del cementerio, incluyendo el panteón dedicado a los peloteros profesionales cubanos, un espacio que rinde homenaje a figuras legendarias del béisbol. Porto denunció que tarjas y adornos de bronce, que formaban parte de los tributos a jugadores destacados como Andrés Ayón Brown, habían desaparecido.
Este acto de vandalismo y la falta de mantenimiento reflejan un problema más profundo que afecta no solo a las tumbas de figuras históricas, sino a todo el Cementerio de Colón. “Lo que encontré fue desolador”, escribió el periodista, evidenciando la gravedad del abandono en uno de los patrimonios culturales más importantes de la capital cubana.
Escenas alarmantes: tumbas abiertas y restos expuestos
Más allá del panteón familiar y los espacios dedicados a los deportistas, Porto también describió escenas aún más alarmantes. Tumbas abiertas, restos óseos esparcidos en las calles del cementerio y un hedor constante formaban parte del panorama que encontró. Estas imágenes, que han sido documentadas por otros visitantes en el pasado, vuelven a poner en el foco el abandono que enfrenta este lugar histórico.
La denuncia de Porto no es un caso aislado. Las condiciones del Cementerio de Colón han sido tema de preocupación recurrente, especialmente en un contexto donde el descuido afecta tanto al patrimonio histórico como al respeto por los difuntos y sus familias.
El régimen culpa a la crisis, pero los problemas persisten
Ante estas críticas, el régimen ha atribuido el estado deplorable del Cementerio de Colón a la falta de recursos económicos, el éxodo de trabajadores capacitados y los bajos salarios, factores que han limitado las labores de mantenimiento. Sin embargo, estas justificaciones no alivian la indignación de los ciudadanos, quienes consideran que la indolencia institucional también juega un papel importante en el deterioro de un espacio que debería ser tratado con mayor respeto.
El Cementerio de Colón, declarado Monumento Nacional, es un lugar que no solo guarda la memoria de generaciones de cubanos, sino que también representa una parte esencial del patrimonio cultural de la isla. Su deterioro no solo afecta a las familias que desean honrar a sus seres queridos, sino que también daña la imagen de un país que solía enorgullecerse de su historia y tradiciones.
La memoria de generaciones pasadas merece respeto, y espacios como el Cementerio de Colón deben ser tratados como lo que son: un tesoro histórico que no puede seguir siendo olvidado.