El pasado sábado 14 de diciembre se cumplió un año desde la desaparición de Karildi Caridad Marín, una joven madre de 25 años residente en Párraga, municipio Arroyo Naranjo, en La Habana. Su familia, marcada por la tristeza y la incertidumbre, sigue sin tener respuestas sobre lo que ocurrió aquella noche en la que Karildi salió de casa para asistir a una fiesta y nunca regresó.
Su hermano, Yoandri Marín, compartió un emotivo mensaje en su perfil de Facebook, recordando a su hermana y apelando nuevamente a la solidaridad para mantener vivo el caso. «Es muy duro para la familia no saber qué pudo haberle sucedido, un año de mucha tristeza. Solo le pedimos a Dios que la proteja de todo mal y que a nosotros nos dé la fortaleza para vivir con una duda tan destructora como lo es su desaparición», escribió.
Una familia que no pierde la esperanza
El mensaje de Yoandri estuvo cargado de amor y dolor. «Te amamos, mi hermana. Tus padres, tus hermanos y tu niña, tú siempre estarás en nuestros corazones y en nuestros pensamientos», recalcó. La familia, a pesar de la desesperación y el desgaste emocional, se aferra a la esperanza de encontrar respuestas sobre el paradero de Karildi.
Desde su desaparición, Yoandri ha utilizado las redes sociales para compartir fotos y mensajes, buscando mantener el caso en la memoria colectiva y presionando para que las autoridades actúen con mayor eficacia.
Cuestionamientos hacia las autoridades
En octubre, al cumplirse 10 meses de la desaparición, Yoandri expresó su decepción con la actuación de las autoridades cubanas en el caso. «Esto me ha decepcionado mucho, la verdad. ¿Cómo en un país sin fronteras se desaparece una muchacha de 24 años y madre de una bebé?», se preguntaba en una publicación.
El joven ha sido constante en señalar la ineficiencia de quienes deberían encargarse de velar por la seguridad ciudadana. En abril, manifestó su frustración: «Quienes tienen que velar por la tranquilidad ciudadana no hacen su trabajo correctamente. No hay indicios de ella, ¿por qué si ya se han proporcionado pistas sigue sin aparecer algún sospechoso?»
El 14 de septiembre, en lo que habría sido el cumpleaños de Karildi, Yoandri volvió a preguntarse: «¿Dónde estará? ¿Qué le sucedió? Si le sucedió algo, ¿quién o quiénes son los responsables?». Estas preguntas reflejan la desesperación de una familia que vive con el dolor de no tener respuestas.
Una madre que dejó una niña de dos años
Karildi es madre de una niña pequeña que, con solo dos años, crece sin entender la ausencia de su madre. En el Día de las Madres, su padre, Tomás Marín, le dedicó un mensaje en redes sociales con fotos de Karildi junto a su hija y otra de cuando estaba embarazada.
La indignación de Tomás también quedó reflejada en sus palabras: «Los oficiales que tienen que ver con el caso no hacen ni pinga. Seguro estoy que si fuera la hija de algunos de ellos ya hubiera aparecido. Esto es Cuba, el que no tiene padrino no se bautiza», expresó con amargura.
Clamor por justicia
A lo largo de este año, la familia Marín ha mantenido viva su lucha por justicia para Karildi. Yoandri ha apelado tanto a la justicia divina como a la responsabilidad de las autoridades: «Pido a Dios que te tenga siempre protegida y que se haga justicia por parte de las autoridades porque hasta hoy no tenemos razón de ti», escribió en agosto.
En junio, señaló con firmeza: «Resuelvan el caso de mi hermana, que el tiempo corre y no es un día ya de su desaparición, ya son casi seis meses. Necesitamos respuestas.»
Un dolor que no se apaga
La desaparición de Karildi Marín no es un caso aislado en Cuba, pero su historia pone en evidencia las fallas del sistema para abordar casos de personas desaparecidas. Mientras las autoridades parecen estar paralizadas, su familia sigue luchando contra la incertidumbre, con la esperanza de que un día las preguntas que los atormentan tengan respuestas.
El caso de Karildi es un recordatorio de la importancia de exigir justicia y de apoyar a quienes buscan a sus seres queridos. Su historia, tristemente, es el reflejo de un problema más grande que afecta a muchas familias en la isla. «Entre cielo y tierra no hay nada oculto», escribió Yoandri. Ojalá esas palabras se cumplan pronto y esta familia encuentre la paz que merece.