En un giro inesperado, el euro ha experimentado una baja en su valor dentro del mercado informal cubano, dejando a muchos sorprendidos. Tras meses de mantener una cotización estable, la moneda europea se sitúa ahora en 335 pesos cubanos (CUP), según datos recientes de la plataforma independiente elToque. Este cambio representa una disminución de cinco pesos respecto a su valor previo, una cifra que, aunque aparentemente menor, tiene un impacto significativo en el contexto económico de la isla.
Un mercado informal marcado por la volatilidad
El comportamiento de las divisas en el mercado informal cubano sigue siendo un reflejo de la inestabilidad económica que atraviesa el país. Según el último informe de elToque, al domingo 15 de diciembre, el dólar se mantiene en 325 CUP, tras haber registrado una leve caída el sábado. Por su parte, la Moneda Libremente Convertible (MLC) sigue cotizándose en 270 CUP, sin variaciones recientes.
La volatilidad es la norma en este mercado no regulado, donde la oferta y la demanda dependen de factores impredecibles, desde la llegada de remesas hasta el flujo de turistas. En este contexto, la caída del euro podría estar relacionada con un aumento en su disponibilidad por parte de particulares.
¿Qué está impulsando la baja del euro?
Diversas hipótesis apuntan a que la temporada del año podría ser un factor clave. Las remesas enviadas desde Europa, así como los euros traídos por viajeros cubanos que regresan de ese continente, podrían estar inundando el mercado informal. Este aumento en la oferta, combinado con una demanda que no ha crecido al mismo ritmo, ha generado un desbalance que impacta en los precios.
En medio de la crisis, muchos cubanos recurren a la venta de sus divisas extranjeras para adquirir pesos cubanos y cubrir necesidades básicas, desde alimentos hasta medicinas. Este fenómeno estacional, aunque temporal, refleja las dificultades económicas que enfrenta la población para subsistir.
Una economía al borde del colapso
La economía cubana vive uno de sus momentos más críticos en la historia reciente, marcada por una inflación descontrolada y un desabastecimiento crónico en los mercados estatales. En este contexto, el propio gobernante Miguel Díaz-Canel admitió recientemente que “2024 ha sido un año muy duro en el que prácticamente vivimos al día”. Esta declaración es un reconocimiento tardío de la gravedad de la situación, aunque no ha venido acompañada de soluciones estructurales.
La caída en los precios de las divisas genera expectativas entre las familias cubanas, muchas de las cuales dependen del mercado informal para adquirir euros y dólares, monedas indispensables para comprar en las tiendas en MLC. Sin embargo, esta baja no representa una mejora sostenible, sino una consecuencia de las tensiones económicas que afectan tanto a la oferta como a la demanda.
Reflexión de expertos: ¿hay solución a la vista?
Según el economista cubano radicado en Colombia, Pavel Vidal, la agudización de la crisis económica ha tenido un efecto paralizante en el mercado informal de divisas. “El menor volumen de turistas, importaciones y, en general, la caída de la actividad económica en todos los sectores ha llevado a una contracción de la oferta y la demanda de divisas”, afirmó recientemente.
La falta de reformas estructurales y una mayor apertura económica condenan a la población cubana a un ciclo de escasez y precariedad. Mientras no se aborden las raíces del problema, como los desequilibrios en el sistema económico, la volatilidad del mercado informal seguirá afectando la capacidad de los cubanos para acceder a bienes y servicios básicos.
Un ciclo sin fin para los cubanos
La caída del valor del euro en el mercado informal es un recordatorio más de la fragilidad económica de Cuba. Aunque los precios puedan fluctuar temporalmente, las necesidades básicas siguen estando fuera del alcance de muchos. Las esperanzas de mejora dependen de reformas profundas que, hasta ahora, parecen lejanas.
Mientras tanto, los cubanos continúan navegando un sistema económico lleno de incertidumbres, donde el acceso a divisas extranjeras se ha convertido en una lucha diaria. La estabilidad, tanto económica como social, sigue siendo un sueño distante para quienes enfrentan esta dura realidad.