Las motos eléctricas se han convertido en una alternativa de transporte esencial en Cuba, especialmente en medio de la crisis energética. Sin embargo, en Las Tunas, estos vehículos también se han transformado en el blanco favorito de los ladrones. Y lo peor es que, según las autoridades, parte del problema está en manos de los propios propietarios.
Un oficial del Ministerio del Interior (MININT) explicó que muchos robos ocurren debido a descuidos básicos, como dejar las llaves puestas o estacionar las motos en lugares poco seguros. Pero esta postura no ha sentado bien entre las víctimas, quienes sienten que se les está culpando por una situación que va mucho más allá de su control.
Las Redes Delictivas y Talleres Clandestinos
Lo que hace aún más complicado resolver estos casos es la sofisticación de las redes criminales. Las motos robadas suelen ser desarmadas en talleres clandestinos y sus piezas terminan en el mercado informal. Este proceso no solo dificulta la recuperación de los vehículos, sino que también expone la falta de control y vigilancia por parte de las autoridades locales.
Aunque el MININT asegura que ha esclarecido varios casos y recuperado algunas motos, muchos ciudadanos opinan que estas acciones son insuficientes. La inseguridad sigue creciendo, y la responsabilidad parece recaer más en la autogestión de los propietarios que en estrategias preventivas efectivas.
Historias que Reflejan la Realidad
El caso de Yordano Colón Ocampo es un claro ejemplo del peligro que enfrentan los conductores. En plena noche, mientras esperaba en una parada del Estadio Mella, fue atacado por cuatro hombres armados con un tubo. Aunque logró sobrevivir al ataque, perdió su moto y sufrió heridas en la espalda. Este tipo de historias no solo generan indignación, sino también temor en una comunidad que se siente desprotegida.
¿Qué Se Puede Hacer?
Mientras las autoridades insisten en que los propietarios deben ser más cuidadosos, la realidad exige una respuesta más integral. Mejor iluminación en las calles, mayor presencia policial y la desarticulación de las redes delictivas son medidas que podrían marcar una diferencia. Por su parte, los propietarios pueden optar por instalar sistemas de seguridad como alarmas o GPS para proteger sus motos.
El aumento de robos de motos eléctricas en Las Tunas es un reflejo de los múltiples desafíos que enfrenta Cuba hoy en día: desde la inseguridad hasta la crisis energética. Sin una acción conjunta entre ciudadanos y autoridades, este problema seguirá creciendo, dejando a más personas vulnerables ante el crimen.