El presidente Joe Biden no tiene previsto realizar modificaciones en su política hacia Cuba antes del término de su mandato el próximo 20 de enero, según confirmó este miércoles el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Durante una comparecencia ante un comité parlamentario, Blinken dejó claro que la postura de la actual administración respecto a la isla se mantendrá sin cambios en los meses que restan. «No anticipo ningún cambio en nuestra política hacia Cuba por parte de esta administración», afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Cuba seguirá en la lista de países patrocinadores del terrorismo
Cuando se le preguntó si existía la posibilidad de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo antes de que termine el mandato de Biden, Blinken fue enfático: «Como he dicho, no anticipo ningún cambio».
Esta inclusión, que data de 1982, ha sido objeto de críticas tanto dentro como fuera de Estados Unidos debido a las sanciones económicas que impone sobre la isla. Estas restricciones dificultan el acceso de Cuba a financiamiento internacional y han sido utilizadas por el régimen cubano como argumento para responsabilizar a Estados Unidos de su crisis económica.
Un historial de tensiones y ajustes
Cuba fue retirada de la lista de países patrocinadores del terrorismo en 2015 por el expresidente Barack Obama, en el marco de su política de normalización de relaciones con el gobierno cubano. Sin embargo, Donald Trump volvió a incluirla en enero de 2021, a solo una semana de dejar el poder, como parte de su línea dura hacia el régimen.
Desde entonces, la administración Biden ha mantenido esta designación, a pesar de las expectativas de algunos sectores que esperaban un cambio en la política hacia la isla. Esta decisión contrasta con las acciones de última hora de Obama, quien eliminó la política de «Pies Secos, Pies Mojados» apenas tres días antes de entregar el poder.
Un legado sin modificaciones significativas
Las sanciones derivadas de la inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo han endurecido las tensiones económicas y políticas entre ambos países. Sin embargo, a pesar de la presión de diversos sectores, el gobierno de Biden no ha dado pasos concretos para modificar esta designación o aliviar las tensiones bilaterales.
Con este anuncio, queda claro que la política de Estados Unidos hacia Cuba permanecerá inalterada durante lo que resta del actual mandato presidencial, dejando cualquier posible cambio en manos de la próxima administración.