La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) celebró un hito en la generación energética al anunciar que la Central Termoeléctrica (CTE) del Mariel alcanzó su plan de producción anual. Según el comunicado de la UNE en Facebook, la planta logró generar 1,114,809.3 MWh este martes a las 7:18 a.m., un logro que atribuyen al esfuerzo de los trabajadores y la aplicación de principios científico-técnicos.
Sin embargo, a pesar de este avance, la realidad energética de Cuba sigue siendo crítica. Mientras la UNE resalta este resultado, miles de hogares enfrentan apagones diarios, reflejando un déficit energético que este martes alcanzó los 1,525 MW, una cifra que incluso superó las estimaciones oficiales.
Una crisis energética sin solución visible
Este patrón de sobrepasar los déficits previstos ya ocurrió el lunes, cuando el déficit real de 1,516 MW superó la proyección inicial de 1,385 MW. La persistente falta de electricidad ha generado indignación generalizada entre los cubanos, quienes enfrentan largas horas sin servicio básico en sus hogares.
Una ola de burlas en respuesta a la UNE
«Cumplieron con más de la mitad del país apagado… entonces si no cumplían qué iba a ocurrir», preguntó en los comentarios de la publicación un internauta.
«¿El plan es de producción de electricidad o de apagones? Una pregunta que me queda», escribió el periodista Mario J. Pentón.
«Ay q risa me dan, si no fuera tan triste y cruel la realidad, sería el chiste perfecto. ‘Voluntad, empuje e inteligencia’ dicen. Que falta de respeto, es indignante esta publicación. Ellos festejan el sobrecumplimiento de dejar a un pueblo oscuro y en la más grande miseria. Vergüenza es lo debería darle», señaló otro usuario.
La queja de la madre de una alta funcionaria
Entre los reclamos destaca el de María del Carmen Hernández Carús, madre de Leticia Martínez Hernández, jefa de comunicación del gobernante Miguel Díaz-Canel. En un extenso post en Facebook, Hernández Carús criticó públicamente la falta de respuesta por parte de la Empresa Eléctrica de Santa Clara, tras más de 24 horas sin servicio eléctrico en su hogar. Aunque posteriormente eliminó la publicación, su queja no pasó desapercibida.
“Mañana no iré a trabajar y tal vez tampoco trabajaré pasado mañana”, escribió la profesora de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV). Su relato incluyó detalles sobre el desgaste de llamar repetidamente para reportar la avería, solo para recibir respuestas vagas y sin solución concreta.
El descontento crece en redes sociales
El post, descrito por algunos como una mezcla de indignación y arrogancia, fue rápidamente capturado y difundido por internautas. Mientras algunos empatizaron con su situación, otros la señalaron como un ejemplo de hipocresía y privilegio, cuestionando su tono y el posible trato preferencial que pudiera recibir debido a sus vínculos familiares.
En una segunda publicación, Hernández Carús intentó defenderse de las críticas, asegurando que no utilizó contactos políticos ni familiares para resolver el problema, pero sus palabras solo avivaron el debate en redes sociales. “Tengo esperanza en que mi jefe no me descuente los días que faltaré, tengo esperanza de que mis alumnos comprendan mi ausencia… Porque la vergüenza, no, la vergüenza ya algunos la perdieron”, afirmó.
Reacciones encontradas en redes sociales
Las redes sociales no tardaron en reaccionar. En la plataforma X (antes Twitter), usuarios como Liborio calificaron su postura como “egoísta” y “contrarrevolucionaria”, argumentando que exigir prioridad para resolver su problema eléctrico mientras faltaba a sus responsabilidades laborales no era acorde con la consigna oficialista de “pensar como país”.
Mientras tanto, el descontento ciudadano por la crisis energética se mantiene como una constante en la sociedad cubana, donde las soluciones parecen estar lejos del alcance. Aunque la UNE celebre los logros de sus termoeléctricas, la realidad de los apagones diarios sigue recordándole al pueblo cubano las profundas limitaciones del sistema eléctrico de la isla.