Aunque sus padres la llamaron Leocadia, para los cubanos es y siempre será Daisy Granados, conocida como “El Rostro del Cine Cubano”. Con una carrera que abarca décadas y un talento inigualable, Daisy ha dejado una huella imborrable en la cinematografía y televisión de la isla.
Un regreso triunfal a la pantalla chica
Recientemente, los televidentes cubanos pudieron disfrutar de su actuación en la telenovela El rostro de los días, donde Daisy demostró que su talento sigue tan fresco como siempre. Su papel de Mercedes, una abuela posesiva, autoritaria e insoportable, logró despertar sentimientos de repudio entre la audiencia, un testimonio del nivel de maestría histriónica que caracteriza a esta gran actriz.
“Mercedes” recordó a los espectadores a la emblemática Teresa, el personaje principal de la película Retrato de Teresa, dirigida por Pastor Vega. Ambas interpretaciones confirman que el arte de Daisy trasciende épocas, conectando generaciones de espectadores a través de su versatilidad y carisma en escena.
Una carrera que define el cine cubano
Con más de un centenar de personajes a su nombre, Daisy Granados ha dejado su marca en algunas de las obras más significativas del cine cubano. Entre sus películas más icónicas se encuentran:
- Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, 1967)
- Cecilia (Humberto Solás, 1981)
- Un hombre de éxito (Humberto Solás, 1986)
- Plaff o demasiado miedo a la vida (Juan Carlos Tabío, 1988)
- Las profecías de Amanda (Pastor Vega, 1999)
En cada una de estas obras, Daisy aportó un matiz único, construyendo personajes inolvidables que forman parte del imaginario cultural cubano.
El inicio de una leyenda
La trayectoria de Daisy comenzó en un grupo de teatro de aficionados, donde su talento natural llamó la atención del director José Massip, quien la eligió para el papel protagónico femenino en la película La decisión (1964). Ese fue el punto de partida de su exitosa carrera en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Desde entonces, Daisy ha trabajado bajo la dirección de algunos de los más grandes realizadores cubanos e internacionales, como Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, Pastor Vega y Fernando Birri, consolidándose como una figura esencial en la historia del cine.
Reconocimientos y legado internacional
Daisy no solo ha brillado en la gran pantalla, sino que también ha representado a la cinematografía cubana en importantes eventos internacionales. Ha sido miembro de jurados en prestigiosos festivales de cine y ha destacado igualmente en el teatro dramático y en comedias musicales. Su carrera fue coronada en 2006 con el Premio Nacional de Cine, la distinción más alta de la cinematografía cubana.
En su reciente regreso a la televisión, Daisy ha demostrado que, aunque los años pasan, su esencia permanece intacta. Su rostro, que refleja la belleza de siempre, ahora también cuenta una historia de perseverancia, talento y compromiso con el arte. Es, sin duda, una inspiración para las generaciones presentes y futuras.
Daisy Granados no es solo una actriz; es un símbolo de la cultura cubana, una artista que ha trascendido fronteras y épocas, llevando consigo la riqueza del cine y la televisión de Cuba al mundo entero. El rostro del cine cubano vive y sigue iluminando las pantallas.
