}La Unión Cuba-Petróleo (CUPET) informó este domingo que sus brigadas trabajan intensamente en la recuperación del crudo derramado tras el reciente accidente ferroviario ocurrido en Guayos, provincia de Sancti Spíritus. Este incidente ha puesto en evidencia, una vez más, los desafíos que enfrenta la infraestructura ferroviaria en Cuba.
Un derrame de crudo que movilizó a CUPET
A través de un comunicado en su página de Facebook, CUPET confirmó que trabajadores de la Refinería Sergio Soto están liderando las labores para recuperar parte de los 60,000 litros de crudo cubano que se derramaron tras el accidente. El petróleo, almacenado en uno de los vagones afectados, está siendo extraído y transferido a carros cisterna para su procesamiento.
Según Carlos Enríquez Díaz Bernal, director adjunto de la refinería ubicada en Cabaiguán, la extracción se realiza de manera cuidadosa mientras se investigan las causas del accidente. El suceso involucró a dos trenes de carga: uno que transportaba recursos desde la Zona Especial de Desarrollo del Mariel hacia Camagüey y otro que trasladaba crudo desde los yacimientos en la región avileña.
Impacto económico, pero sin víctimas
A pesar de la magnitud del choque y las significativas pérdidas económicas, no se reportaron víctimas humanas, según una publicación en redes sociales de Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte de Cuba. Este hecho contrasta con otros incidentes ferroviarios recientes en el país, que han generado preocupación por el estado de las vías y la seguridad de los cruces.
2024: Un año marcado por accidentes ferroviarios
El accidente en Guayos no es un caso aislado. En 2024, los accidentes de trenes en Cuba se han convertido en una problemática recurrente, reflejando el deterioro de la infraestructura y la falta de medidas de seguridad. Algunos de los casos más destacados incluyen:
- El descarrilamiento de un tren de pasajeros en Matanzas el 28 de septiembre, que interrumpió la circulación en la Línea Central, dejando a cientos de personas varadas en estaciones como La Coubre, en La Habana.
- Otro descarrilamiento ese mismo día, en el kilómetro 149.2 de la misma línea, que afectó las operaciones ferroviarias en la región.
- Impactos entre trenes y vehículos: el 16 de julio, un tren chocó un auto Hyundai en Santa Clara; y el 19 de febrero, otro tren impactó un vehículo de turismo en la línea de Vento, La Habana. Aunque en ambos casos no hubo heridos, los daños materiales fueron significativos.
Una infraestructura que pide a gritos atención
Estos incidentes no solo evidencian el deterioro de la red ferroviaria cubana, sino también la urgente necesidad de mejorar la seguridad en los cruces, reforzar la señalización y realizar un mantenimiento constante de las vías. La frecuencia de los accidentes ha generado críticas entre la población, que demanda acciones concretas para reducir los riesgos y garantizar un servicio seguro y eficiente.