En medio de la devastación causada por el huracán Oscar en octubre pasado, las familias afectadas en Guantánamo enfrentan un nuevo desafío: la adquisición de colchones que llegaron al país como parte de la ayuda humanitaria. El gobierno cubano ha decidido vender una parte de estos colchones, generando críticas y frustración entre los damnificados.
14,000 colchones: Entre ventas y donativos
Según una nota publicada por el diario oficialista Venceremos, 14,000 colchones han sido destinados a los municipios más golpeados por el huracán, como San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí. De estos, 10,287 colchones se están vendiendo a través de la red minorista, con precios que oscilan entre 735 y 1,865 pesos, dependiendo del modelo. Aunque el gobierno ofrece una compensación del 50% para los casos de mayor afectación, muchos damnificados consideran que el costo sigue siendo prohibitivo, especialmente para quienes lo han perdido todo.
Por otro lado, 501 colchones fueron entregados gratuitamente mediante la asistencia social, y el Estado asumió el costo total. Además, se recibieron 4,440 colchones de donativos de instituciones y provincias hermanas, de los cuales 4,326 fueron asignados al municipio de San Antonio del Sur, uno de los más afectados por las inundaciones.
Críticas y denuncias: Una respuesta insuficiente
Aunque las autoridades aseguran que la distribución prioriza a los más vulnerables, la realidad en el terreno pinta un panorama distinto. Una residente de Baracoa, cuya vivienda sufrió daños severos, denunció que le vendieron un colchón por 735 pesos. En un video compartido en redes sociales, mostró el artículo, que describió como «casi una colchoneta» debido a lo delgado que es.
“Se dobla, porque ni sirve”, afirmó molesta, explicando que el colchón estaba destinado a un familiar con cáncer. Además, mencionó que le habían prometido un colchón camero y le entregaron algo completamente diferente.
Donativos versus ventas: La confusión de los damnificados
Desde que comenzó la distribución a finales de noviembre, las autoridades han intentado justificar la medida explicando que los donativos son gratuitos, mientras que los colchones vendidos incluyen un descuento del 50% financiado por el presupuesto del Estado. Sin embargo, este esfuerzo no ha logrado calmar las críticas de las familias que no pueden permitirse estos costos.
El impacto del huracán Oscar en Guantánamo
El huracán Oscar tocó tierra el 20 de octubre de 2024 cerca de Baracoa, con vientos sostenidos de 130 km/h, clasificado como categoría 1. Las intensas lluvias provocaron crecidas de ríos, inundaciones y daños severos a viviendas, infraestructura y cultivos en los municipios de San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí. Las imágenes de destrucción se extendieron rápidamente, dejando a cientos de familias con necesidades básicas insatisfechas.
Una decisión controvertida en un momento crítico
La decisión del gobierno de vender colchones en medio de una crisis humanitaria ha sido duramente cuestionada. Para muchos damnificados, los precios establecidos no son accesibles y generan un sentimiento de abandono por parte de las autoridades. Aunque los donativos han aliviado parte de la carga, queda claro que la recuperación será un proceso largo y lleno de obstáculos.
En un contexto donde la solidaridad y la empatía deberían ser prioridad, la gestión de los recursos donados pone en duda las estrategias implementadas para ayudar a quienes más lo necesitan. ¿Se logrará encontrar un equilibrio entre la necesidad de recaudar fondos y el deber de garantizar el bienestar de los afectados? Por ahora, las respuestas parecen estar lejos de satisfacer a la población.
