¿Es ayudar a tu familia en Cuba una forma de apoyar al régimen? Para algunos, esta pregunta genera interminables debates. Para otros, como @mialiaboutique_, una creadora cubana en TikTok, la respuesta es simple: la familia siempre está primero. Su postura, clara y sin rodeos, ha tocado fibras sensibles entre cubanos dentro y fuera de la isla.
En un video reciente, @mialiaboutique_ respondió con contundencia a un comentario que cuestionaba la ayuda enviada a familiares en Cuba. El usuario argumentaba que todos los cubanos merecen calidad de vida, no solo aquellos con familia en el extranjero. Su respuesta fue tan directa como emotiva: «Mientras a mí me quede un gato en Cuba, yo voy a estar mandando para Cuba, porque los míos no se van a morir de hambre».
La creadora explicó que no está interesada en cambiar el sistema ni en involucrarse en debates políticos. “Yo no voy a cambiar el mundo ni el sistema, pero voy a tratar de cambiar la forma de vida de los míos”, afirmó. Su mensaje resuena con muchos emigrados que enfrentan el dilema de ayudar a los suyos mientras lidian con críticas desde ambos lados del debate.
El video se volvió viral y generó una avalancha de comentarios, muchos de ellos en apoyo. Personas compartieron mensajes como: «Mientras mi madre viva en Cuba, siempre la voy a ayudar», o «La política es una cosa, pero la familia está por encima de todo». Otros destacaron la humanidad detrás de sus palabras: «Dios te bendiga por ayudar a los tuyos, lo que haces es admirable».
Pero, como era de esperarse, también hubo críticas. Algunos usuarios señalaron que enviar ayuda no resuelve el problema de fondo: «Por mucho que mandes, siempre les faltará algo», comentó uno. Otro fue más directo: «Es una forma de egoísmo justificarlo con ‘mi opinión’… ¿y la unidad para el cambio?».
A pesar de las opiniones encontradas, el mensaje de @mialiaboutique_ representa una realidad que viven miles de cubanos fuera de la isla. Para ellos, enviar ayuda no es una cuestión de política, sino de amor y responsabilidad hacia sus seres queridos.
En un contexto donde la situación en Cuba se vuelve cada vez más complicada, esta cubana nos recuerda que, a veces, el cambio no empieza con grandes revoluciones, sino con pequeños gestos que mejoran la vida de quienes más amamos. Y aunque no todos lo entiendan, su compromiso es firme: «Los míos no se van a morir de hambre».