En un operativo que dejó a todos sorprendidos, la policía cubana detuvo a dos hombres en el punto de control de la salida de Bayamo hacia Santiago de Cuba, mientras transportaban la impresionante cantidad de 20,600 tabacos en un vehículo. El cargamento, dividido en seis maletines, tenía como destino el mercado negro, según informó la página de Facebook «Carretera En la Mira».
Un operativo con sabor a polémica
La noticia ha generado revuelo, no solo por la cantidad de tabacos incautados, sino también por el contexto en el que ocurre. Este operativo forma parte de la llamada «cruzada contra la corrupción» encabezada por Díaz-Canel, un ejercicio nacional que, según el gobierno, busca combatir delitos, ilegalidades y malas prácticas sociales.
Sin embargo, muchos cubanos se preguntan si esta campaña es más un espectáculo político que un esfuerzo genuino. El régimen enfrenta serias críticas por casos recientes de derroche y privilegios protagonizados por familiares de figuras del gobierno, como el hijastro de Díaz-Canel y Sandro Castro, nieto de Fidel Castro.
¿Tabacos o estrategia de control?
El decomiso de los tabacos se produce en un momento delicado. En abril, el gobierno cubano incrementó el precio de los cigarros y tabacos en la red nacional de tiendas, argumentando que no son productos básicos para la población. Ahora, cada tabaco cuesta 10 pesos, lo que ha incentivado aún más la producción clandestina y el comercio ilícito.
Este no es un caso aislado. En junio del año pasado, la policía desmanteló una fábrica ilegal de tabacos en Placetas, conocida como el «Chinchal de Tabaco». Allí, además de los materiales para fabricar tabacos, también se encontró carne de ganado mayor obtenida de forma ilegal, una evidencia más de cómo la economía sumergida se entrelaza con la crisis alimentaria y social del país.
¿Un cambio real o más de lo mismo?
Aunque el gobierno insiste en que estos operativos son parte de un esfuerzo por mejorar la situación del país, el escepticismo abunda. Muchos cubanos cuestionan si estos controles alcanzarán a las altas esferas del poder, o si, como suele ocurrir, solo sirven para reprimir a los pequeños operadores en una economía desesperada.
Reflexión final
Este caso es un recordatorio de las dificultades que enfrentan los cubanos en un contexto de inflación, desabastecimiento y falta de oportunidades. Mientras el régimen intenta mostrar firmeza, el pueblo sigue lidiando con una realidad donde la creatividad para sobrevivir a menudo se convierte en delito. ¿Será esta cruzada contra la corrupción el inicio de un cambio real o solo otro capítulo en la estrategia de control político? El tiempo lo dirá.