A veces, las cosas más simples son las que más nos llegan al corazón. Eso fue lo que sucedió con el video de Michel Crónicas (@michelcronicas) en TikTok, donde mostró a su madre viviendo un momento de pura felicidad en la sección de juguetes de un Walmart en México. Su reacción, cargada de emoción y nostalgia, no tardó en volverse viral y tocar a miles de personas.
Un Viaje al Pasado entre Barbies y Recuerdos
En el video, Michel acompaña a su madre durante una visita a Walmart, y al llegar a la juguetería, algo mágico sucede. La madre, con una sonrisa de oreja a oreja, queda maravillada con las Barbies y demás juguetes. “Me encantan los juguetes, me privan”, exclamó, dejando entrever la niña interior que aún vive en ella.
Mientras observaba los juguetes, recordó con melancolía su infancia en Cuba:
“Cuando era niña, mi padre nos buscaba juguetes en una bodega. Eran tres por niño: uno básico y dos no básicos. Pero eso ya no existe en Cuba, eso se acabó hace años”.
Sus palabras son un retrato de la nostalgia por tiempos más simples y la cruda realidad de cómo la escasez en la isla afectó incluso los recuerdos más inocentes de su niñez.
Reacciones que Calaron Hondo
El video no solo desbordó ternura, sino que también generó una avalancha de comentarios cargados de cariño y empatía. Muchos usuarios se identificaron con la emoción de la madre de Michel:
- “Qué hermosa tu mamá, espero que le hayas comprado una muñeca”, comentó uno.
- “Mi mamá hace lo mismo; dice que nunca tuvo una buena muñeca”, compartió otro.
Otros aprovecharon para reflexionar sobre las diferencias entre las oportunidades en Cuba y en otros países:
“En Cuba no tuvimos niñez ni niña interior; también vibro cuando entro en esas tiendas”, escribió un usuario.
Una Lección de Gratitud y Empatía
El video también abrió el debate sobre la desigualdad y la falta de acceso a algo tan básico como los juguetes en la isla. Como comentó alguien:
“Lo malo de Cuba no es solo la falta de juguetes, es que muchos padres deben elegir entre alimentar, calzar o regalar algo a sus hijos”.
Este momento, que parece tan cotidiano para muchos, se convirtió en una lección para valorar las cosas que damos por sentado y en un llamado a no olvidar a quienes viven con menos.