Sandro Castro, nieto del dictador Fidel Castro y autodenominado «rey de la noche» en La Habana, vuelve a generar controversia con una directa en Instagram. En ella, defendió su derecho a celebrar su próximo cumpleaños, a pesar de la grave crisis económica y social que atraviesa Cuba.
Una celebración que causa indignación
El empresario anunció que su fiesta tendrá lugar el jueves 5 de diciembre en el bar EFE, de su propiedad. En medio de la precariedad que afecta al pueblo cubano, Sandro promueve un evento digno de la élite capitalista: código de vestimenta, coctel de bienvenida, cerveza Cristal, shots de tequila para las primeras veinte mujeres y vino espumoso gratis para todos los asistentes.
Esta ostentación desató una ola de críticas en redes sociales. Para enfrentar la reacción pública, Sandro optó por grabar un video desde su Mercedes Benz, donde intentó justificar su posición. “Quiero aclarar en esta publicación que voy a hablar respecto a mi evento de cumpleaños. Están todos invitados. He visto una tendencia en las redes, creada con falsedades, con difamaciones, con cizaña, por parte de algunos youtubers, algunos voceros de Estados Unidos…”, dijo en su directa.
Sandro Castro: ¿un joven sencillo?
En su discurso, Sandro se describió como un “joven cubano revolucionario” que tiene derecho a celebrar su cumpleaños. Subrayó que todo se realizará “en el margen de la legalidad” y que su intención no es responder a los críticos, sino aclarar malentendidos. “Estoy celebrando mi cumpleaños como un joven normal, común y corriente”, insistió.
Sin embargo, su mensaje de «sencillez» contrasta con su estilo de vida. Sandro es conocido por compartir en redes sociales su gusto por los lujos, desde sus autos de alta gama hasta sus exclusivas fiestas. Este comportamiento ya le había causado problemas en el pasado, cuando en 2021 se disculpó tras alardear de su Mercedes Benz diciendo: “Nosotros somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar estos jugueticos que tenemos en casa”.
La Cuba de los contrastes
La fiesta de Sandro ocurre en un contexto de grave crisis en Cuba. Mientras la mayoría de los ciudadanos enfrentan apagones, escasez de alimentos y servicios básicos, el nieto de Fidel Castro organiza un evento de lujo. Esto refuerza la percepción de una élite gobernante desconectada de la realidad del pueblo cubano.
Algunos analistas sugieren que este tipo de polémicas podría ser una estrategia del gobierno para desviar la atención de los problemas más graves del país. “¿Por qué la Seguridad del Estado no interviene en estas situaciones? ¿Es que acaso les conviene mantener este tipo de señuelos?”, cuestionó un comentarista en redes sociales.
Una fiesta para unos pocos
En su directa, Sandro invitó a todos a su bar, pero con la condición de que haya capacidad. “Habá un ambiente sano, y todos son bienvenidos siempre que podamos atenderlos”, declaró. Sin embargo, esta promesa de inclusión contrasta con la exclusividad de su evento, donde claramente no todos los cubanos podrán participar.
La actitud de Sandro también ha generado reflexiones sobre el futuro del país. Críticos aseguran que figuras como él representan una élite extractiva que se beneficia del sistema mientras la mayoría sufre. “Sandro es parte de la élite que vive de la riqueza nacional mientras Cuba se hunde en una crisis sin precedentes”, señaló un analista.
Sandro concluyó su directa con un mensaje ambiguo: “Bueno, todos los que quieran asistir, pues ya saben, están invitados… mientras tengamos capacidad. Un fuerte abrazo y saludos”. Para muchos, estas palabras solo refuerzan la desconexión entre la élite gobernante y la realidad del pueblo cubano.