El consumo de drogas sintéticas está golpeando con fuerza a la juventud cubana, y esta vez el saldo fue devastador. Alex David Rivero Naranjo, un joven de la barriada de Santos Suárez, en La Habana, falleció el pasado lunes tras caer de una azotea mientras estaba bajo los efectos de “El Químico”. Este incidente trágico pone de nuevo en el centro de atención el impacto de esta peligrosa sustancia en la isla.
Adiós a un joven con un futuro por delante
Alex David, descrito por sus allegados como una persona noble y bondadosa, dejó un vacío enorme en su comunidad. En redes sociales, familiares y amigos le dedicaron emotivas palabras. Una antigua maestra lo recordó como un joven tranquilo, mientras que un compañero del servicio militar lo definió como “uno de los mejores chamacos” que conoció.
Una tía expresó su dolor escribiendo: “La familia está de luto por la pérdida de mi sobrino. Nunca te olvidaremos”. El impacto de su partida ha sido profundo, no solo por su carácter, sino por la manera en que ocurrió: bajo los efectos de una droga que está destruyendo vidas.
¿Qué es “El Químico” y por qué es tan peligroso?
“El Químico” pertenece a los cannabinoides sintéticos, sustancias diseñadas para imitar la marihuana, pero que son mucho más potentes y peligrosas. Estas drogas se fabrican de manera clandestina, mezclando químicos tóxicos como formol y anestésicos veterinarios, y se venden como una alternativa barata para los jóvenes.
Sus efectos son devastadores. A corto plazo, puede causar pérdida de control muscular, convulsiones y actos temerarios. A largo plazo, el daño es irreversible, afectando la salud mental y física. Además, su producción sin control sanitario hace que cada dosis sea una ruleta rusa que puede terminar en tragedia, como la de Alex David.
Un problema que requiere acción inmediata
“El Químico” no solo destruye a quienes lo consumen, sino que también expone las fallas en la prevención y el control de drogas en Cuba. Aunque las autoridades han intensificado operativos para frenar su distribución, la falta de información y educación sobre los riesgos de estas sustancias sigue siendo un desafío enorme.
Familiares, como la doctora Elizabeth Céspedes Lantigua, especialista en adicciones, señalan que la prevención comienza en el hogar. “La familia debe estar alerta a las señales y actuar rápido”, dijo en declaraciones recientes.
Una reflexión urgente
La trágica muerte de Alex David es un recordatorio doloroso de los riesgos de esta droga. Es hora de que como sociedad abordemos esta problemática desde todos los frentes: educación, prevención y acción inmediata contra quienes distribuyen estas sustancias.
¿Cuánto más tenemos que perder antes de tomar medidas? ¡Comparte tu opinión y ayúdanos a visibilizar esta alarmante realidad!