La crisis del azúcar en Cuba ha llegado a niveles que parecían inimaginables hace unos años. En un país que históricamente fue uno de los mayores exportadores de azúcar del mundo, hoy este producto básico se ha convertido en un artículo de lujo.
Mientras que las tiendas estatales están prácticamente desabastecidas, el mercado informal ofrece la libra de azúcar a unos impresionantes 550 pesos cubanos (CUP). Para ponerlo en contexto, esto equivale a una cuarta parte del salario mínimo mensual en la isla.
¿Y las tiendas online? Más caro aún
Para quienes tienen familiares en el extranjero dispuestos a ayudar, las plataformas online son una opción, aunque no precisamente barata. En sitios como Supermarket 23, la libra de azúcar puede costar entre 2,47 dólares (810 CUP) y 4,72 dólares (1.548 CUP). Y esto sin incluir los costos de envío, que encarecen aún más el producto.
Por otro lado, en Tuambia, un paquete de cuatro libras de azúcar refinada estadounidense se vende a 1,58 dólares por libra, una opción más «económica» dentro de un mercado donde los precios no dejan de sorprender.
Si hablamos de Cuballama, otro de los servicios más usados para enviar alimentos a Cuba, los precios oscilan entre 2 y 4 dólares por libra, dependiendo del tipo y presentación del producto. Por último, en la plataforma ACuba, la libra de azúcar blanca cuesta 3,70 dólares, mientras que el kilogramo de azúcar prieta alcanza los 4,75 dólares.
Alternativas desesperadas
Para muchos cubanos, estos precios son imposibles de pagar. Con salarios mínimos que rondan los 2,100 CUP, adquirir azúcar en el mercado informal o plataformas online es un lujo que pocas familias pueden permitirse. La necesidad ha llevado a algunos a buscar alternativas improvisadas, como usar refresco instantáneo para endulzar sus comidas.
Un reflejo de la crisis económica
La escasez de azúcar es solo uno de los muchos síntomas de la crisis económica que vive Cuba. Un producto que antes era esencial y accesible se ha transformado en un bien prácticamente inaccesible para la mayoría. Esta situación no solo pone en evidencia la improductividad de la industria nacional, sino también el impacto directo que tiene en la vida diaria de los cubanos.
¿Recuerdas aquel vaso de agua con azúcar que se consideraba un símbolo de pobreza? Hoy, ni siquiera eso es posible para muchas familias en la isla. La crisis del azúcar ha dejado claro que en Cuba, hasta lo más básico se ha convertido en un lujo.
La dependencia de las remesas
Para quienes tienen familiares fuera del país, la ayuda económica sigue siendo vital. Sin embargo, las compras en divisas complican aún más el panorama, ya que no todos tienen acceso a dólares o euros. Mientras tanto, la población dentro de la isla continúa enfrentando una lucha diaria para conseguir alimentos básicos, que ahora son artículos de lujo.
En un país que alguna vez fue conocido como «el mayor productor de azúcar del mundo», resulta irónico y desgarrador que hoy su población apenas pueda acceder a este producto. La escasez de azúcar en Cuba es más que un problema económico: es una amarga representación de la crisis generalizada que afecta a la nación.