En el corazón del Caribe, Cuba revela dos caras opuestas que conviven en una misma realidad. Mientras algunos disfrutan de una vida acomodada en exclusivos barrios residenciales como Miramar y Siboney, otros enfrentan una lucha diaria por la supervivencia en Centro Habana o en la pintoresca Habana Vieja. Las diferencias de clase social se vuelven cada vez más evidentes, evidenciando la disparidad entre la opulencia y la precariedad.
Lujo y Carencia en las Calles Cubanas
Un simple recorrido por las calles de La Habana muestra un abismo entre los que poseen y los que apenas subsisten. Por un lado, los modernos autos de lujo, importados con un costo elevado, circulan por avenidas principales, mientras que, por otro lado, los habitantes se movilizan en anticuados carros americanos de los años 50 o vehículos soviéticos de los años 70. Esta coexistencia de lo antiguo y lo moderno subraya la desigualdad económica que permea cada rincón de la isla.
Centro Habana: La Realidad de la Mayoría
Adentrándonos en Centro Habana, se revela una realidad compleja. Las calles están llenas de basura, los edificios lucen deteriorados y muchas personas buscan sustento vendiendo objetos encontrados en la basura. Como explica un vendedor local: “El cubano vota lo que no puede tener hoy y después lo vuelve a comprar”. Desde ropa y accesorios hasta herramientas y electrónicos, estos productos reciclados se venden a precios bajos, ofreciendo una alternativa para quienes no pueden acceder a bienes nuevos.
El Comercio de Segunda Mano: Una Solución al Desafío Económico
En las calles de La Habana, el comercio de segunda mano se ha convertido en una solución para muchos. Teléfonos de modelos antiguos, ropa y accesorios de marcas falsas, e incluso artículos religiosos como pequeños objetos rituales, forman parte de este mercado informal. Mientras algunos critican la procedencia dudosa de estos productos, otros ven en ellos una oportunidad de adquirir lo necesario a precios accesibles.
Siboney: El Refugio de los Privilegiados
En contraste, los barrios como Siboney cuentan una historia muy diferente. Con calles impecables, mansiones protegidas por cámaras de seguridad y una notable ausencia de vendedores ambulantes, esta área refleja el estilo de vida de la élite cubana. Desde restaurantes exclusivos hasta una clínica privada, Siboney simboliza un nivel de comodidad que está fuera del alcance de la mayoría.
Contrastes en la Infraestructura
Mientras las iglesias de Centro Habana y Habana Vieja luchan por mantenerse en pie, la iglesia de Santo Tomás en Siboney luce bien conservada, con vitrales intactos y paredes recién pintadas. Este contraste también se observa en las escuelas y espacios públicos: mientras algunas instituciones en Centro Habana parecen al borde del colapso, las de Siboney cuentan con instalaciones modernas y adecuadas para la educación.
La Habana en Movimiento
A pesar de las dificultades, La Habana nunca pierde su ritmo. Las calles de Centro Habana están llenas de vida, con personas caminando, vendiendo y resolviendo como pueden. En paralelo, los barrios residenciales más exclusivos mantienen un aire de tranquilidad, donde los diplomáticos y las personas adineradas disfrutan de un nivel de seguridad y confort inaccesible para el resto de los habaneros.