En un contexto de grave crisis económica y social en Cuba, el nieto del dictador Fidel Castro, Sandro Castro, ha generado controversia al anunciar una fastuosa celebración de cumpleaños en el bar EFE, ubicado en el Vedado habanero y administrado por él mismo. La noticia ha desatado indignación en redes sociales debido al contraste con las condiciones de vida de la mayoría de los cubanos.
Una fiesta de lujo en tiempos de escasez
Diversas publicaciones en Instagram revelan detalles de la fiesta, que promete ser un evento exclusivo. Entre los aspectos destacados, se ha establecido un código de vestimenta en color blanco para los asistentes. Además, el festejo incluirá un coctel de bienvenida, cerveza Cristal, shots de tequila para las primeras veinte mujeres y vino espumoso gratuito para todos los invitados.
Desconexión de la realidad cubana
El estilo de vida y las celebraciones de Sandro Castro contrastan fuertemente con la realidad que enfrenta la mayoría de los cubanos. Mientras miles de familias lidian con apagones de hasta 20 horas diarias y escasez de alimentos básicos, eventos como este son vistos como una muestra de insensibilidad por parte de las élites asociadas al poder.
Críticas a los herederos del poder
Este no es el primer incidente que pone en el centro de la polémica a los herederos de la cúpula gobernante. Sandro Castro ha sido objeto de críticas anteriormente por exhibir en redes sociales una vida de lujos, que incluye fiestas, viajes y vehículos exclusivos. Estas publicaciones generan malestar en un país donde la mayoría de la población enfrenta serias dificultades económicas.
El bar EFE como símbolo de privilegio
El bar EFE, administrado por Sandro Castro, se ha convertido en un lugar de referencia para eventos de lujo en La Habana. Mientras el resto del país lucha por cubrir necesidades básicas, este establecimiento simboliza la desconexión de las élites con la realidad del pueblo cubano.
La noticia del cumpleaños no ha tardado en generar una ola de críticas en redes sociales. Usuarios han señalado la falta de empatía de Castro y han cuestionado cómo estas celebraciones contrastan con los mensajes de austeridad que promueve el gobierno cubano. “Mientras el pueblo no tiene ni para comer, ellos se dan la gran vida. Es una burla”, comentó un usuario en Twitter.