El sistema eléctrico nacional cubano (SEN) atraviesa una de sus peores crisis en décadas. Este viernes 29 de noviembre, la Unión Eléctrica (UNE) informó un déficit estimado de 1,580 MW para las horas pico, un indicador que refleja la gravedad de la situación energética en la isla.
Una red al borde del colapso
El SEN, debilitado por averías, falta de combustible y los estragos del huracán Rafael, se encuentra al límite de su capacidad operativa. La UNE anunció una disponibilidad de 1,710 MW frente a una demanda proyectada de 3,200 MW en el horario de mayor consumo, lo que provocará apagones que afectarán a más de 1,500 MW del servicio eléctrico en todo el país.
En su informe diario, la empresa estatal confirmó que los apagones de la víspera alcanzaron un total de 1,551 MW, superando los 1,390 MW inicialmente estimados. Estas cifras reflejan la incapacidad del sistema para garantizar el suministro energético básico.
Un sistema marcado por fallas y desabastecimiento
A las 7:00 a.m. de este viernes, la UNE reportó una disponibilidad inicial de 1,710 MW frente a una demanda de 2,200 MW, dejando sin servicio más de 480 MW en las primeras horas del día. Conforme avanzaron las horas, el panorama se tornó más crítico.
Entre las causas principales de la crisis destacan la paralización de unidades clave como la unidad 5 de la CTE Mariel y la unidad 2 de la CTE Felton, además del mantenimiento programado en centrales como Santa Cruz, Cienfuegos y Renté. La generación térmica también enfrenta limitaciones significativas, reduciendo la capacidad operativa en 427 MW, mientras que la escasez de combustible ha dejado fuera de servicio 53 centrales de generación distribuida con una pérdida adicional de 372 MW.
Por otro lado, el impacto del huracán Rafael ha dejado 13 MW fuera de servicio en Artemisa, debido a daños en las redes eléctricas. Aunque la UNE asegura estar trabajando en la restauración de estas zonas, el avance ha sido lento y las interrupciones persisten.
Apagones programados en La Habana: un alivio insuficiente
En la capital, la Empresa Eléctrica de La Habana emitió un cronograma de apagones programados para este viernes, intentando distribuir de manera rotativa las afectaciones. Los horarios anunciados son:
- Bloques #3 y #4: Desde las 10:00 a.m. hasta las 3:00 p.m.
- Bloque #2: De 3:00 p.m. a 7:00 p.m.
- Bloque #1: De 6:00 p.m. a 10:00 p.m.
A pesar de estos esfuerzos, los residentes han expresado su descontento, criticando la falta de estabilidad y organización en los cortes. Muchos denuncian que los horarios no se respetan y que las interrupciones superan con creces lo planificado.
Indignación popular y un panorama incierto
La crisis energética ha desatado una ola de críticas en redes sociales y en las calles, amplificada por la reciente aprobación del Decreto 110. Este polémico decreto permite apagones planificados de hasta 72 horas bajo un «régimen de contingencia energética». Usuarios en redes sociales califican esta medida como «una tortura», exigiendo soluciones reales y duraderas.
Mientras el gobierno intenta justificar la crisis con factores climáticos y externos, como el embargo, la realidad cotidiana de los cubanos es devastadora. Noches sin luz, alimentos en descomposición y una calidad de vida cada vez más deteriorada son el resultado tangible de un sistema incapaz de responder a las necesidades básicas de la población.
Un modelo en decadencia
La situación del SEN no solo expone fallas técnicas y de infraestructura, sino también un modelo de gestión energética insostenible. La incapacidad para garantizar un suministro básico refleja un problema estructural que afecta todos los aspectos de la vida en la isla.
Para los cubanos, el colapso del sistema eléctrico no es solo una cuestión técnica, sino un síntoma de una crisis más profunda que sigue agravando la desesperanza en un país que, literalmente, no ve la luz al final del túnel.