El consumo de drogas es un problema que afecta a sociedades en todo el mundo, pero en Cuba, una sustancia conocida como ‘El Químico’ está dejando una huella devastadora, especialmente entre los jóvenes. Con testimonios desgarradores y escenas alarmantes viralizadas en redes sociales, este fenómeno pone en evidencia una crisis de salud pública que no puede ser ignorada.
En videos que han recorrido Internet, se ven a jóvenes cubanos sufriendo convulsiones, gritando desesperados o realizando actos peligrosos bajo los efectos de esta droga. Pero detrás de estas impactantes imágenes están las historias humanas, algunas de las cuales han salido a la luz gracias al trabajo del portal CubaDebate, que ha recogido los relatos de quienes están luchando por recuperarse.
Una lucha de años contra la adicción
“Yo llegué aquí después de nueve años de consumo”, confesó uno de los jóvenes en rehabilitación. Su historia es una mezcla de dolor y esperanza: “Tuve un intento fallido de suicidio tras un sobreconsumo. Ahí me di cuenta de que necesitaba ayuda”. Después de meses de terapia, logró superar los momentos más duros, aunque describe los primeros 21 días como “los más tristes de mi vida”.
Él advierte que la drogadicción no es un acto de rebeldía ni falta de valores, sino una enfermedad que necesita ser tratada como tal. “Muchos no buscan ayuda por la vergüenza o el estigma, pero hay que educar y apoyar. La ignorancia sobre la adicción en Cuba es enorme”, señala.
Historias de pérdida (y esperanza)
Una joven de 18 años relató cómo empezó a consumir desde los 15 por presión social. “Al principio es solo por embullo, pero pronto todo se descontrola. Perdí a mi familia, me volví alguien que ni yo misma reconocía”. Desde su rehabilitación, insiste en que las mujeres enfrentan consecuencias aún más graves, tanto físicas como emocionales, y pide a otras jóvenes que busquen ayuda antes de que sea tarde.
¿Qué es ‘El Químico’?
De acuerdo con la doctora Elizabeth Céspedes, especialista en adicciones, ‘El Químico’ pertenece al grupo de cannabinoides sintéticos, sustancias mucho más potentes y peligrosas que la marihuana. Su fabricación clandestina utiliza químicos tóxicos como formol y anestésicos veterinarios, haciendo que sus efectos sean impredecibles y, en muchos casos, letales.
Esta droga es extremadamente adictiva y accesible debido a su bajo costo inicial. Sin embargo, lo barato sale caro: sus consumidores terminan esclavizados por una sustancia que destruye su salud física y mental.
Un problema que afecta a toda la sociedad
El coronel Juan Carlos Poey, del Ministerio del Interior, ha señalado que el tráfico de drogas en Cuba está creciendo de manera alarmante, con operativos recientes en La Habana para detener la distribución de ‘El Químico’. Sin embargo, el problema no puede ser resuelto solo con arrestos. La prevención y la educación son claves para frenar esta epidemia.
El papel de la familia y la comunidad
La doctora Céspedes resalta que el apoyo familiar es fundamental. “La detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de un joven”, afirma. Además, llama a la sociedad cubana a unirse en esta lucha, promoviendo valores y ofreciendo herramientas para combatir la adicción.
El consumo de ‘El Químico’ no es solo un problema de quienes lo consumen; es un reflejo de una crisis más profunda que afecta a toda la sociedad. Con educación, apoyo y compromiso, es posible revertir este daño y evitar que más jóvenes caigan en esta peligrosa trampa.