¿A dónde están yendo a parar tanto dinero? Canadá dona casi un millón de dólares en ayuda humanitaria a Cuba para damnificados de huracanes

Redacción

Casi un millón de dólares. Esa es la cifra que Canadá ha destinado para ayudar a las comunidades cubanas afectadas por desastres naturales. Suena a una gran noticia, ¿verdad? Pero, como suele suceder con las ayudas internacionales en Cuba, la historia tiene sus matices.

La ayuda canadiense: números que prometen

El Sistema de Naciones Unidas en Cuba anunció en Facebook que los 900 mil dólares donados por Canadá buscan mitigar el impacto de los recientes huracanes que devastaron la isla. De ese total, 460 mil dólares van directamente al Programa Mundial de Alimentos (WFP) para garantizar ayuda alimentaria y mejorar la logística de distribución.

Además, organizaciones como la Cruz Roja, UNICEF y CARE recibirán parte de los fondos para continuar su labor humanitaria en el país. Estas entidades son conocidas por su enfoque en comunidades vulnerables, asegurando que los recursos lleguen donde más se necesitan.

Ayudas de otros países: Brasil, España y Noruega

Canadá no está sola en este esfuerzo. Recientemente, Brasil envió 10 toneladas de alimentos deshidratados, sumándose a las 30 unidades de purificación de agua que ya había donado. España, por su parte, entregó 9,3 toneladas de materiales humanitarios valorados en 56 mil dólares, incluyendo tiendas de campaña y redes mosquiteras.

Mientras tanto, Noruega destinó 400 mil dólares a través del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) y el Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la Cruz Roja.

¿Y los damnificados? Una historia diferente

Aunque las cifras y los comunicados pintan un panorama esperanzador, en el terreno la realidad parece otra. Una residente de Baracoa, damnificada por el huracán Oscar, mostró su indignación en un video que se volvió viral. Según ella, el gobierno le vendió un colchón, delgado y de calidad cuestionable, por 735 pesos. ¿El colmo? La ayuda debería ser gratuita.

Este caso no es único. La desconfianza en la distribución de los donativos es un tema recurrente en Cuba, donde los damnificados muchas veces tienen que pagar por bienes que, en teoría, fueron donados para aliviar su situación.

¿Solidaridad o negocio?

El gobierno cubano tiene un largo historial de irregularidades en la gestión de ayudas internacionales. Mientras los comunicados oficiales destacan la llegada de ayuda humanitaria, las denuncias de la población sobre ventas de donativos y falta de apoyo directo generan un contraste difícil de ignorar.

El dilema de las donaciones

La solidaridad internacional es crucial para las comunidades afectadas por desastres, pero las dudas sobre la transparencia del gobierno cubano arrojan una sombra sobre estos esfuerzos. Las historias de damnificados que no ven reflejadas las ayudas en su día a día son un recordatorio de que no basta con donar; también hay que exigir rendición de cuentas.

¿Llegará esta vez la ayuda canadiense a quienes más lo necesitan? Ojalá la respuesta sea sí, pero, como bien saben los cubanos, las promesas en papel no siempre se traducen en soluciones reales.