¡Ultima Hora! Régimen cubano aprueba Decreto Ley que permite programar apagones de hasta 72 horas continúas declarando «emergencia energética»

Redacción

El gobierno cubano ha introducido un nuevo «régimen especial de contingencia eléctrica», que prevé apagones planificados de más de 72 horas en situaciones donde el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) no pueda satisfacer la demanda eléctrica del país. La implementación de este plan surge en un contexto de crisis energética aguda, oficializada mediante el Decreto 110 publicado recientemente en la Gaceta Oficial.

Un régimen de excepción para tiempos extraordinarios

Este decreto, firmado por el presidente Miguel Díaz-Canel, establece un marco regulatorio excepcional similar a los «estados de alarma, excepción y sitio» contemplados en las constituciones de muchos países. Su objetivo es otorgar facultades especiales a las autoridades para afrontar crisis graves, como los colapsos del SEN. Ejemplo de ello fue el incidente del 18 de octubre pasado, cuando la termoeléctrica Guiteras sufrió una salida imprevista, dejando a amplias zonas del país sin suministro eléctrico durante más de 72 horas.

Cómo se declara la contingencia eléctrica

El ministro de Energía y Minas (MINEM) será el encargado de proponer este régimen especial, que deberá ser aprobado o rechazado por el Consejo de Ministros en un plazo de 48 horas. Una vez aprobado, la notificación se hará efectiva dentro de 24 horas a los organismos estatales, gobiernos provinciales y actores económicos del país.

La Unión Eléctrica (UNE) será responsable de informar a la población sobre los apagones planificados a través de los medios de comunicación masiva, mientras que los consejos energéticos territoriales decidirán qué actividades o servicios deben reducirse o paralizarse durante los horarios de mayor demanda.

Medidas estrictas para reducir el consumo

El decreto especifica una serie de medidas obligatorias destinadas a disminuir el consumo eléctrico:

  1. Paralización de equipos de alto consumo: Horno eléctricos, sistemas de climatización y equipos de refrigeración serán detenidos en horarios pico, salvo excepciones por motivos de preservación de productos.
  2. Restricción del alumbrado público: Solo se permitirá la iluminación indispensable para garantizar la seguridad vial.
  3. Reordenamiento del bombeo de agua: Se ajustará el horario del bombeo en zonas donde sea posible, evitando su operación durante picos nocturnos.
  4. Ajuste de la temperatura en sistemas de climatización: Deberán operar a 25 grados Celsius o más, salvo necesidades técnicas específicas.
  5. Reducción de iluminación en entidades: La iluminación interna deberá reducirse al 50 % de la capacidad instalada.
  6. Apagado de equipos electrónicos: Se desconectarán al final de la jornada laboral.

Sanciones por incumplimiento

El decreto también establece multas severas para quienes incumplan las regulaciones. Los actores económicos no estatales podrán enfrentar multas de hasta 20,000 CUP, mientras que los responsables de entidades estatales serán sancionados con 5,000 CUP. La supervisión estará a cargo de inspectores provinciales y municipales, así como de agentes designados por la UNE.

Impacto y desafíos

Estas medidas llegan en un momento crítico para el sistema eléctrico cubano, afectado por averías frecuentes, mantenimiento de plantas y escasez de combustible. Si bien buscan regular el consumo y prevenir colapsos mayores, también reflejan la profundidad de la crisis y su impacto potencial en la vida diaria de los cubanos.

Los apagones prolongados generan gran preocupación en la población, que ya enfrenta cortes diarios de electricidad. Además, las restricciones podrían perjudicar sectores clave como la producción industrial y el suministro de agua, agravando las tensiones sociales y económicas.

Reacciones y perspectivas

Aunque el gobierno justifica el decreto como una medida necesaria para enfrentar la crisis, también plantea interrogantes sobre su capacidad para garantizar soluciones sostenibles a mediano plazo. La implementación de un régimen de contingencia de esta magnitud subraya la vulnerabilidad estructural del SEN y podría intensificar el descontento popular.

En un país donde la electricidad es fundamental para las actividades cotidianas, los ajustes horarios y la paralización de servicios representan desafíos significativos tanto para los ciudadanos como para las empresas. Por otro lado, las sanciones económicas podrían asestar un golpe adicional a los actores no estatales, ya presionados por un contexto económico desfavorable.

El Decreto 110 pone en evidencia una estrategia de control más estricta sobre el consumo energético, pero también resalta la necesidad urgente de soluciones sostenibles y estructurales para abordar la crisis eléctrica en Cuba. Mientras tanto, los apagones seguirán siendo una parte inevitable de la realidad cotidiana en la Isla.