Un lamentable hecho de violencia ha sacudido la ciudad de Las Tunas. Jader Machado Fis, un joven de tan solo 17 años, fue asesinado este lunes por su propio padre, identificado como «Kikito». Este trágico suceso ha generado una ola de indignación y desconcierto entre los ciudadanos.
Detalles del crimen
Según reportes iniciales, el agresor habría atacado a su hijo con un arma blanca, propinándole una puñalada en el cuello. A pesar de ser intervenido de urgencia tras la agresión, el adolescente no logró sobrevivir y falleció debido a un paro cardíaco. El incidente ocurrió en el reparto Aguilera, y ha dejado a familiares, vecinos y amigos de la víctima profundamente conmocionados.
Reacciones en redes sociales
El suceso fue reportado por el portal noticioso La Tijera, que también informó que el agresor se entregó a la policía tras cometer el crimen. Entre los cientos de comentarios que inundaron las redes sociales, una internauta destacó que la madre del menor había fallecido y que el joven estaba siendo criado por su abuela materna. Este contexto ha intensificado el dolor y la indignación de la comunidad.
Informes adicionales revelaron que «Kikito» había salido recientemente de prisión. El reportero de sucesos Niover Licea precisó que el hombre estaba de pase carcelario en el momento de cometer el asesinato. Además, señaló que ya había sido condenado anteriormente por el asesinato de un vecino hace aproximadamente 20 años. Este oscuro historial plantea serias preguntas sobre los mecanismos de control y reinserción de personas con antecedentes penales en la sociedad cubana.
Según Niover Licea, la trágica disputa habría comenzado por una discusión en torno al control remoto de una televisión. Aunque esta versión no ha sido confirmada oficialmente, pone en evidencia cómo conflictos aparentemente menores pueden desencadenar actos de violencia extrema.
Una comentarista en redes sociales destacó que el joven Jader era conocido por su buena conducta y por ser diácono en su iglesia local, lo que hace que el crimen resulte aún más incomprensible para quienes lo conocían. «Era un muy buen muchacho. Nadie entiende qué pudo haber pasado», escribió.
Las redes sociales han sido el escenario de una ola de consternación. «No entiendo nada. Estoy sin palabras» y «Lo nunca visto: un padre matar a un hijo. Dios ya se encargará de darle su merecido y la justicia», son solo algunas de las reacciones de los internautas. Otros comentarios resaltan el aumento de la violencia en la isla: «¿Hasta cuándo, por Dios?».
El brutal filicidio ha llevado a decenas de personas a exigir la implementación de la pena de muerte en Cuba para casos tan estremecedores como este. Este tipo de reacciones reflejan el nivel de frustración y desesperación ante una creciente percepción de inseguridad y violencia en el país.
Como en otros casos de alto impacto, los medios oficialistas no han informado sobre este trágico asesinato. Este silencio contrasta con la proliferación de noticias y comentarios en las plataformas digitales, que han permitido que la noticia se expanda rápidamente entre los ciudadanos.