Un nuevo sismo de magnitud 4.3 sacudió la madrugada de este lunes la región oriental de Cuba, siendo perceptible en el municipio de Pilón, en la provincia de Granma, y en otras zonas aledañas. Este evento sísmico, registrado a la 1:52 a.m. (hora local), tuvo su epicentro localizado a 34 kilómetros al sureste de Pilón, según informó Enrique Diego Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico Nacional, a través de su cuenta de Facebook.
El temblor se originó a una profundidad de 10 kilómetros, según detalló Arango Arias, aunque en un primer momento el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) había indicado que la profundidad era de solo 5 kilómetros. A pesar de estas discrepancias iniciales, el evento fue claramente perceptible en varias localidades del oriente cubano.
A las 2:00 a.m., el CENAIS emitió una nota informativa en la que confirmó que, hasta ese momento, no se habían reportado daños materiales ni heridos a consecuencia del movimiento telúrico. Sin embargo, los comentarios en redes sociales dieron cuenta de la intensidad del temblor: «Se sintió bastante fuerte aquí cerca del epicentro», escribió un usuario. Otros testimonios indicaron que el sismo también fue percibido en Santiago de Cuba y Bayamo, aunque con menor intensidad.
La emisora Radio Bayamo corroboró estos reportes, indicando que habitantes de varias localidades en Granma y Santiago de Cuba sintieron el movimiento telúrico. Estos eventos mantienen a los residentes de la región en alerta, ya que forman parte de una serie de fenómenos sísmicos que han afectado a la zona en las últimas semanas.
Una región en vilo por los sismos
Este nuevo temblor ocurre apenas dos semanas después de que un sismo de magnitud 6.0 y un terremoto de 6.7 sacudieran la misma región, dejando una ola de daños y temor entre los residentes. Desde entonces, los especialistas del CENAIS han contabilizado un total de 5,792 réplicas, de las cuales al menos 125 han sido perceptibles.
Estos eventos han tenido un impacto significativo en la infraestructura local. En el municipio de Pilón, por ejemplo, se reportaron daños severos en varias escuelas, lo que obligó a trasladar a 350 niños a una escuela de campaña instalada en una base militar con el apoyo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Además, numerosas familias continúan viviendo en casas de campaña debido a los daños estructurales en sus hogares.
Respuesta y críticas a la gestión gubernamental
El gobierno cubano ha implementado medidas de emergencia, como el establecimiento de campamentos temporales para albergar a las familias afectadas. No obstante, esta respuesta ha sido criticada por su alcance limitado y por la falta de atención a otras comunidades igualmente afectadas. La incertidumbre, el miedo y la falta de recursos básicos son parte de la realidad diaria que enfrentan los damnificados.
Un contexto de crisis agravada
A esta situación sísmica se suma un contexto nacional complicado. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció recientemente que ha incrementado a 78,3 millones de dólares el monto requerido para su plan de acción destinado a enfrentar los graves daños ocasionados en Cuba por el impacto de dos huracanes, los sismos de alta magnitud y un colapso del sistema eléctrico nacional. Hasta la fecha, los terremotos han dejado un saldo de diez personas heridas y al menos 3,752 edificaciones dañadas, según cifras oficiales.
La población del oriente cubano, particularmente en Granma y Santiago de Cuba, sigue enfrentando días de incertidumbre mientras espera soluciones a largo plazo para superar esta crisis. Por ahora, los sismos continúan recordando la vulnerabilidad de esta región y la urgencia de medidas efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de sus habitantes.