Luego de conocerse el romance entre la actriz cubana Ana de Armas, imagen de la prestigiosa marca Louis Vuitton, y Manuel Anido Cuesta, hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, la filántropa, empresaria e influencer cubana radicada en Miami, Taty Guiribitey, tomó acciones contundentes al enviar una carta de protesta a la compañía de lujo.
Una Decisión Contundente
Taty Guiribitey, conocida como «La Mamilover» en redes sociales, y su familia son reconocidas como clientes VIP de Louis Vuitton. La influencer reveló en una entrevista con Alexander Otaola que envió una carta a la sede de la marca tanto en Estados Unidos como en Europa, expresando su descontento. “Les envié una carta y les dije que hasta el día de hoy yo seguía de cliente con ellos, pero que hasta que no quitaran a Ana de Armas como imagen de la marca, conmigo no contaran,” declaró.
Guiribitey argumentó que, aunque no sea la cliente más importante de la marca, su gasto significativo representa una pérdida para Louis Vuitton. “Yo no soy la cliente más importante y Bernard Arnault no va a quebrar por mí, pero van a perder sus buenos millones porque yo sí me gasto dinero en la marca, mucho, mucho, pero mucho,” afirmó refiriéndose al CEO de la compañía.
El Contexto del Boicot
La desición de Taty Guiribitey surge en medio de un clima político polarizado, donde las figuras vinculadas al gobierno cubano generan rechazo en el exilio. La influencer destacó la necesidad de unidad entre los cubanos: “Tú sabes por qué no quiebran ellos, porque nosotros los cubanos no estamos unidos,” aseveró.
Taty y su hija Camila son conocidas por su estrecha relación con la marca francesa, habiendo organizado eventos exclusivos como una recepción en la tienda Louis Vuitton en Madrid antes del bautizo de la pequeña Alma. Además, han visitado el exclusivo castillo de Louis Vuitton, un espacio reservado para clientes selectos a nivel mundial.
Repercusiones en la Marca
El romance de Ana de Armas y Manuel Anido Cuesta ha desatado críticas, y la carta de protesta de Guiribitey podría ser solo el inicio de un boicot mayor por parte de los clientes cubanos en el exilio. Aunque Louis Vuitton no ha emitido comentarios oficiales al respecto, la situación pone en evidencia el impacto de las decisiones de sus embajadores de marca en el mercado.