Entre huracanes y apagones, se dispara el precio del cigarro en el mercado informal en Cuba: “De 300 pesos no baja ninguna cajetilla”

Redacción

En los años noventa, los cigarros en Cuba se convirtieron en una especie de moneda alternativa, canjeada por alimentos y productos básicos. Hoy, esa situación parece repetirse en un contexto de escasez extrema y precios descontrolados, afectando a una parte significativa de la población.

Una Crisis que Afecta a Millones de Cubanos

El hábito de fumar, que según estadísticas afecta al 24% de la población mayor de 15 años, se ha convertido en un lujo para muchos cubanos. Los cigarros más populares, producidos por Brascuba S.A., han alcanzado precios exorbitantes en el mercado informal, con marcas como H. Upmann y Populares vendiéndose a más de 300 CUP por cajetilla. En zonas turísticas como Varadero, los cigarrillos mentolados como Dunhill superan los 500 CUP, una cifra inalcanzable para el salario promedio estatal.

El Mercado Informal, la Única Opción para Algunos

En Santa Clara, Gustavo, un jubilado de la construcción, explica cómo el mercado informal ha tomado el control:

“Cuando el Período Especial, la gente recogía cabos en las calles para fumarlos. Estamos viendo la misma historia, nadie regala ni uno,” comenta mientras revende cajas de Populares a 110 pesos.

Los fumadores, como el cochero santaclareño Reinaldo Méndez, aseguran que mantener el hábito significa gastar el equivalente al salario mensual de un trabajador estatal. “Esto es un negocio. Siempre hay cigarros en algunos puntos, y del tipo que quieras,” afirma Méndez, reflejando el descontento de muchos.

Justificaciones Oficiales y Distribución Inconsistente

La escasez de cigarros no es un fenómeno nuevo. Desde 2019, los problemas de producción, falta de insumos y crisis logística han afectado la disponibilidad. Según Tabacuba, la empresa estatal encargada de su producción, factores como la pandemia, la falta de papel y los retrasos en las entregas han agravado la situación.

Para intentar controlar la crisis, se implementó la venta a través de la libreta de abastecimiento, permitiendo que cada núcleo familiar adquiriera hasta diez cajetillas al mes. Sin embargo, la distribución es irregular y genera frustración entre los fumadores.

“Hace meses que no me llega el ticket para comprar cigarros. Le venden a gente que no fuma y que luego los revende,” se queja Reinaldo, quien depende de estos productos para mantener su hábito.

El Impacto de la Resolución 63: Más Escasez y Precios Elevados

La situación empeoró con la Resolución 63 del Ministerio de Finanzas y Precios, que en abril de este año incrementó los precios minoristas bajo el argumento de que los cigarros no son un bien básico. Esto llevó a que una rueda de H. Upmann pasara a costar entre 1,200 y 1,400 CUP en establecimientos estatales, un precio que terminó alimentando la especulación en el mercado informal.

La reacción de los consumidores no se hizo esperar. Ernesto, un usuario en el portal oficial Tribuna de La Habana, denunció que al intentar presentar una queja, recibió una respuesta grosera:

“Las tiendas Cimex y Caribe ponen el precio que les da la gana. Eso no es problema del MINCIN,” le respondieron.

Un Producto de Lujo para Muchos

A pesar de los esfuerzos por controlar el mercado, el acceso a los cigarros sigue siendo un desafío. Con solo cuatro cajetillas permitidas al mes por la libreta de abastecimiento, muchos fumadores recurren al mercado informal para satisfacer su consumo.

Gustavo, el jubilado vendedor de Populares, resume la realidad: “A ningún fumador le alcanzan cuatro cajetillas. Nadie fuma solo dos cigarros al día.”

Cigarros como Moneda de Cambio

Para algunos, la reventa de cigarros se ha convertido en una fuente vital de ingresos. Gustavo admite que dejó de fumar debido al alto costo y utiliza las ganancias de la reventa para adquirir otros productos esenciales.

“Una rueda de H. Upmann puede dar una ganancia de más de mil pesos. Antes fumaba, pero ya no puedo darme ese lujo. La comida está primero,” concluye.