La actriz cubana Ana de Armas está en el ojo del huracán, y esta vez no se trata de su trabajo en Hollywood. Su relación sentimental con Manuel Alejandro Anido Cuesta, hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ha encendido las redes sociales y puesto a las marcas de lujo Louis Vuitton y Estée Lauder en el centro de la controversia.
Desde que se conocieron detalles del romance, miles de internautas han arremetido contra las firmas que representan a la actriz, acusándolas de apoyar indirectamente al régimen cubano a través de su embajadora. En plataformas como Instagram, los perfiles oficiales de Louis Vuitton y Estée Lauder se han llenado de mensajes de boicot y duras críticas.
“Manchados de sangre”: las reacciones en redes
En el caso de Louis Vuitton, usuarios no han escatimado en palabras para mostrar su rechazo. Algunos comentarios destacan frases como:
- “Esta marca está manchada de sangre por la dictadura, cómplices.”
- “Ustedes también apoyan a la dictadura cubana.”
Por otro lado, Estée Lauder tampoco ha salido ilesa. Su perfil oficial recibió mensajes como:
- “Una comunista infiltrada en USA. Afuera todo el mundo sabe quién es ella. No compro más nunca Estée Lauder.”
- “Vergüenza debería darles apoyar a alguien que está relacionada con la opresión y la situación que vive el pueblo de Cuba.”
- “Es una absoluta vergüenza tener a esta mujer como imagen.”
El trasfondo del debate
La conexión entre Ana de Armas y Manuel Alejandro Anido Cuesta va más allá de lo sentimental. Anido Cuesta es asesor en el círculo cercano del régimen de Díaz-Canel, lo que refuerza el malestar entre los críticos. En un momento en que el pueblo cubano atraviesa una de las crisis económicas y sociales más graves de su historia reciente, muchos consideran esta relación una desconexión total con la realidad.
Para los detractores, el hecho de que Ana de Armas mantenga su rol como embajadora de prestigiosas marcas internacionales mientras está vinculada sentimentalmente al régimen cubano es motivo de indignación. Las campañas de activistas y exiliados cubanos buscan visibilizar lo que consideran contradicciones e incluso complicidades de las figuras públicas con gobiernos autoritarios.
¿Qué dicen los implicados?
Hasta el momento, ni Louis Vuitton, ni Estée Lauder, ni Ana de Armas han emitido comentarios oficiales sobre la controversia. Sin embargo, la presión en redes no parece disminuir, y muchos usuarios llaman abiertamente al boicot de ambas marcas hasta que se pronuncien sobre el tema.
El caso de Ana de Armas evidencia una vez más cómo las figuras públicas no solo están bajo el escrutinio por su trabajo, sino también por sus relaciones personales y su impacto en contextos políticos complejos. ¿Qué opinas tú? ¿Deberían las marcas intervenir o mantenerse al margen?