Con navaja en mano y una scooter robada: así capturaron a un cubano en Miami buscado por cometer cuatro robos en una sola noche

Redacción

Miami no se aburre, y esta vez, las calles de la ciudad fueron escenario de una verdadera maratón delictiva. Un cubano de 46 años, identificado como Carlos Orlando Sainz, fue arrestado tras cometer una serie de robos a mano armada en menos de 24 horas. Lo curioso (y preocupante): su herramienta principal era una navaja, y su medio de escape, una scooter robada.

El inicio de la ola delictiva

Todo comenzó en la madrugada del lunes, cuando Sainz decidió atacar su primer objetivo: una tienda CVS en el Downtown de Miami. Amenazando al empleado con una navaja, logró cometer su primer robo y se fue como si nada. Pero eso fue solo el comienzo de una frenética noche de asaltos.

Horas más tarde, el hombre se trasladó al sector de Edgewater, donde robó una scooter eléctrica amenazando a su propietario con la misma navaja. Con su nuevo medio de transporte, llegó hasta un Walgreens en Brickell, donde asustó al personal, robó 135 dólares y salió huyendo. Sin embargo, aquí las cosas no le salieron del todo bien: dos testigos lograron intervenir, desarmarlo y recuperar la caja registradora.

El robo que selló su destino

Pero Sainz no parecía dispuesto a detenerse. A la mañana siguiente, el 19 de noviembre, cometió otro asalto, esta vez en la calle 29 y el 180 del noreste. En esta ocasión, despojó a una mujer de su bolso y su teléfono celular. Sin saberlo, ese último robo sería su perdición.

Gracias al rastreo del celular robado, los detectives lograron localizarlo y detenerlo. Al ser capturado, Sainz confesó los crímenes, cerrando una ola delictiva que duró menos de un día.

Un mensaje claro a los delincuentes

Manuel Morales, jefe del departamento de policía de Miami, no tardó en emitir un mensaje contundente tras la detención: “Este arresto envía un mensaje claro al elemento criminal: si vienen a la ciudad de Miami a atacar a nuestros residentes o visitantes, los identificaremos y los arrestaremos”.

La historia de Carlos Orlando Sainz es un recordatorio de que el delito puede parecer tentador, pero siempre deja rastros. En este caso, un celular robado bastó para poner fin a su maratón delictiva. Miami sigue alerta, y parece que no será fácil para los delincuentes salir impunes.