El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) informó que, desde los fuertes terremotos ocurridos el pasado domingo 10 de noviembre, el sureste del municipio de Pilón, en la provincia de Granma, ha registrado más de 4941 réplicas. Estos sismos, de magnitudes 6.0 y 6.7, han dejado a la región en un estado de constante actividad sísmica, complicando la recuperación de las zonas afectadas.
Un Registro Incesante de Réplicas
Hasta el momento, se han contabilizado 4,941 réplicas, de las cuales 118 han sido perceptibles o presumiblemente percibidas por los habitantes. La zona de Pilón-Chivirico sigue siendo la más impactada, acumulando 382 eventos de magnitudes entre 2.1 y 3.5, según el último parte del CENAIS.
El pasado martes, a las 6:11 am, se produjo un sismo de magnitud 4.2, que fue percibido en varios municipios de Granma y Santiago de Cuba. Este evento, localizado a 20.51 km al suroeste de Pilón y con una profundidad de 10 km, generó nuevas preocupaciones en una localidad ya severamente afectada por los terremotos iniciales.
“Despertar” de la Falla Oriente
El jefe del servicio sismológico nacional del CENAIS, Enrique Diego Arango Arias, explicó que la reciente actividad indica un posible “despertar” del resto de la falla Oriente, una de las principales líneas tectónicas de la región. Esta falla, que se había mantenido relativamente tranquila en las últimas semanas, está mostrando ahora un comportamiento normal para las zonas cercanas a Santiago de Cuba, aunque con implicaciones significativas para la seguridad estructural de las comunidades afectadas.
Nuevos Daños en Pilón
El sismo del martes de magnitud 4.2 causó daños adicionales a las ya vulnerables edificaciones de Pilón, afectadas por el terremoto del 10 de noviembre. La localidad sigue enfrentando dificultades, con muchas viviendas dañadas y la población viviendo en condiciones precarias mientras persisten las réplicas.
Un Contexto de Alta Vulnerabilidad
La constante actividad sísmica representa un desafío tanto para las autoridades como para los habitantes de la región, quienes no solo enfrentan daños materiales, sino también el impacto psicológico de vivir bajo la amenaza de nuevos temblores. La vigilancia y los esfuerzos de recuperación en Pilón son cruciales mientras la actividad sísmica continúa.
Las autoridades locales y nacionales permanecen en alerta, monitoreando la situación y evaluando los riesgos adicionales que puedan surgir debido a la inestabilidad geológica en el área.