El caso de Susej Calcines, una mujer de 47 años acusada de atropellar mortalmente a una pareja de ancianos cubanos en Hialeah y luego huir de la escena, ha conmocionado a la comunidad. El trágico incidente ocurrió el domingo 13 de octubre de 2024 cuando Julio Eduardo Hernández, de 87 años, y su esposa Manuela Hernández, de 84, fueron atropellados mientras cruzaban la 8va Avenida del Este. La pareja, que llevaba más de 60 años casada, había salido a comprar un billete de lotería y murió en el acto tras el impacto.
Susej Calcines, que estaba al volante de un Mercedes Benz GL450 negro de 2007, abandonó el lugar del accidente sin prestar auxilio a las víctimas. La policía, tras revisar las cámaras de seguridad de la zona, identificó el vehículo involucrado en el atropello, lo que llevó a la detención de Calcines. En su declaración a la policía, la mujer alegó que no recordaba el accidente, pero posteriormente admitió ser la responsable de lo sucedido.
En su comparecencia ante la Corte penal el pasado viernes, Susej Calcines fue acusada de homicidio vehicular y de abandonar la escena del accidente, cargos que fueron confirmados tras las investigaciones. A pesar de que en un primer momento se pensó que los fiscales no tendrían suficientes pruebas para acusarla de homicidio vehicular debido a la falta de evidencia de conducción imprudente, la gravedad del suceso y las pruebas encontradas permitieron presentar cargos formales.
El teniente de Policía de Hialeah, Eddie Rodríguez, expresó la indignación de la comunidad: “Esto es desgarrador. Acabas de destruir una familia. Una pareja de ancianos, marido y mujer, que han podido construir una vida y una familia aquí en los EEUU, y acabas de destruir eso y abandonaste la escena del accidente sin prestar ningún tipo de ayuda a estas personas”.
El caso ha generado una gran conmoción en la comunidad cubana, especialmente entre los residentes de Hialeah, que lamentan la pérdida de una pareja que vivió toda su vida en los Estados Unidos. La hija de los fallecidos relató entre lágrimas cómo su madre y padre habían salido a jugar un número de la lotería, y la tragedia ocurrió cuando cruzaban la calle. Cuando ella llegó a la escena, ya los habían declarado muertos.
Poco después del suceso, la jueza Mindy S. Glazer impuso una fianza de 30 mil dólares a Susej Calcines y le ordenó que fuera colocada bajo arresto domiciliario con un monitor de tobillo, además de prohibirle conducir. A medida que avanza el proceso judicial, el caso continúa siendo un punto de debate en la comunidad, mientras los afectados siguen enfrentando el dolor de esta tragedia que ha dejado una huella en todos los que conocían a la pareja de ancianos.
Este trágico hecho subraya una vez más la importancia de la responsabilidad al volante y la necesidad de rendir cuentas por las acciones que afectan a otras personas, especialmente en un caso tan devastador como este, donde no solo se perdió una vida, sino que también se destrozó una familia que llevaba décadas construyendo su historia juntos.