El gobierno de Panamá ha endurecido los requisitos de visa para los ciudadanos cubanos, lo que ha generado una ola de denuncias a través de las redes sociales. Los afectados, que enfrentan dificultades para obtener sus visados hacia el país centroamericano, han compartido sus testimonios, denunciando la situación que están viviendo.
El periodista Mario J. Pentón ha sido uno de los que ha recopilado varias de estas denuncias. A través de videos, los cubanos explican que llevan más de 60 días hábiles esperando respuestas a sus solicitudes de visa, sin recibir ninguna actualización. La incertidumbre ha crecido, especialmente entre aquellos que planean viajar a Panamá para realizar compras o como punto de tránsito hacia otro país en América Latina.
En muchos de los testimonios, los afectados cuentan que, para poder gestionar sus visados, se vieron obligados a vender sus propiedades y trasladarse desde otras provincias a La Habana. Algunos incluso han tenido que alquilar viviendas o quedarse con familiares, lo que ha generado gastos adicionales que han terminado por agotar sus ahorros.
Aparte de los problemas económicos, hay un gran impacto emocional. Los solicitantes de visa aseguran estar sufriendo un gran estrés debido a la incertidumbre sobre el futuro de sus solicitudes. Para muchos de ellos, la visa de tránsito a Panamá representa una de las últimas oportunidades para escapar de la situación en Cuba, lo que ha generado una enorme presión.
El Consulado y la Embajada de Panamá no han emitido declaraciones públicas frente a las quejas de los solicitantes. En una entrevista, una vocera de migración panameña, consultada por Pentón, confirmó que la página de solicitud de visas está cerrada, pero no proporcionó detalles sobre cuándo se resolverá la situación ni ofreció un plazo claro.
El endurecimiento de los requisitos migratorios hacia Panamá no es algo reciente. El 29 de octubre, el gobierno panameño emitió un comunicado en el que anunciaba una extensión en el requerimiento de visa de tránsito para los ciudadanos cubanos. Esta medida, que inicialmente se planteó como temporal, tiene como objetivo regular el flujo migratorio hacia Panamá y evitar que el país se convierta en una escala para migrantes que desean llegar a otros destinos en América Latina o los Estados Unidos.
Sin embargo, estas restricciones han estado vigentes desde el verano y han complicado considerablemente los viajes de miles de cubanos. Para muchos, Panamá sigue siendo una vía de escape esencial, ya que funciona como un punto de tránsito clave para continuar su viaje hacia otros destinos.
La comunidad cubana sigue exigiendo respuestas claras de las autoridades panameñas. Sin embargo, hasta el momento, la falta de información ha dejado a muchos en un “limbo migratorio”, sin saber qué ocurrirá con sus solicitudes de visa.
Además de las dificultades económicas y emocionales, las denuncias reflejan lo complejo que se ha vuelto gestionar las salidas del país debido a las restricciones migratorias actuales. Esta situación también se enmarca dentro de un contexto más amplio de políticas migratorias que buscan controlar el flujo de personas hacia Panamá.
En mayo, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció que se cerraría el paso fronterizo en la selva del Darién, una de las rutas más peligrosas hacia los Estados Unidos. Algunos analistas advirtieron que, si esta medida se lleva a cabo, podría provocar un aumento en las repatriaciones de migrantes hacia sus países de origen.
Mientras tanto, los cubanos siguen buscando una oportunidad para salir de la isla. Muchos ven a Panamá como una posible vía de escape, una oportunidad para mejorar su calidad de vida o simplemente como un paso intermedio hacia otros destinos. Pero a medida que los recursos se agotan y las esperanzas se desvanecen, la situación se vuelve cada vez más desesperante para quienes están atrapados en este limbo migratorio.