Cuba y Argentina protagonizaron un fuerte intercambio de acusaciones y descalificaciones durante la XXIX Cumbre Iberoamericana celebrada en Ecuador, que concluyó este viernes sin una declaración oficial consensuada entre los 19 países asistentes, tras el enfrentamiento entre ambas delegaciones.
En la plenaria, el representante cubano, Rodolfo Benítez, acusó a Argentina de intentar hacer fracasar la cumbre al negar temas clave como el cambio climático, los derechos de las mujeres y de los pueblos indígenas. Benítez señaló que Argentina no logró su objetivo de desmarcarse del consenso, quedando aislada, ya que el resto de los países firmaron una declaración común, salvo el Gobierno del ultraderechista Javier Milei, quien lidera Argentina desde diciembre.
Por su parte, el embajador argentino, Eduardo Acevedo, defendió la postura de su país al afirmar que Argentina “no puede permanecer ni permanecerá indiferente ante las violaciones al Estado de Derecho y a los derechos humanos” en Cuba. En este sentido, insistió en que la isla debe “recuperar la democracia” y respetar los derechos y libertades fundamentales de su población. Acevedo también aprovechó para recordar que Cuba ha sido objeto de críticas constantes por parte de organizaciones internacionales debido a su régimen autoritario. Citando la famosa frase “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, sugirió que las críticas externas son solo una prueba de que el gobierno de su país sigue avanzando en la defensa de los derechos humanos.
Desde la delegación cubana, la no inclusión de una condena explícita al bloqueo económico de Estados Unidos hacia la isla fue rechazada de manera contundente. A la vez, Cuba criticó la postura de Argentina, que no solo se distanció de las resoluciones a favor de los derechos de las mujeres, sino que también cuestionó la situación interna de la isla, especialmente en relación con la falta de democracia y las violaciones de derechos humanos.
El debate se centró principalmente en la insistencia de Cuba por un pronunciamiento formal sobre el embargo estadounidense, mientras que Argentina optó por no suscribir acuerdos que incluyeran la defensa de la equidad de género y la democracia en ciertos países de la región.
Este choque no es un hecho aislado. Bajo el gobierno de Javier Milei, Argentina ha adoptado una postura más escéptica sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el cambio climático, alineándose con la retórica de la derecha y las críticas que el presidente argentino ha dirigido hacia lo que denomina “marxismo cultural”. Esta postura también se reflejó en la retirada de la delegación argentina de la COP29, marcando un distanciamiento de la agenda internacional sobre el calentamiento global.
A pesar del intenso enfrentamiento, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, aseguró que la Cumbre fue un éxito, subrayando que la ausencia de algunos presidentes no impidió que se alcanzaran acuerdos significativos. Ahora, la Secretaría de la Cumbre pasa a manos de España, que se enfrenta al reto de conseguir una mayor presencia presidencial en la próxima Cumbre Iberoamericana de 2026.