Un juicio que dejó a muchos con opiniones divididas finalmente llegó a su fin: Zadiel Rivero, un cubano de 44 años, fue condenado a 40 años de prisión por el asesinato de Frank Canet en febrero de 2019. El crimen ocurrió en el estacionamiento de la casa de Rivero, en Hialeah Gardens, un hecho que ha sido ampliamente debatido en la comunidad.
Una versión de los hechos que no convenció
Según los reportes, Rivero fue hallado culpable de asesinato en segundo grado, mientras que su hermano, Zandy de la Osa, quien también estuvo involucrado en el altercado, resultó absuelto de todos los cargos. Aunque Rivero afirmó que actuó en defensa propia, temiendo por su vida y la de su hermano, el jurado no encontró suficiente sustento en esta versión.
La defensa alegó que Frank Canet, presuntamente bajo los efectos de las drogas, había amenazado de muerte a los hermanos, provocando una confrontación que culminó con 29 puñaladas. Sin embargo, los fiscales describieron el acto como un «apuñalamiento salvaje» que fue mucho más allá de lo que podría considerarse legítima defensa.
La sentencia y el impacto en los familiares
Los fiscales buscaron cadena perpetua para Rivero, pero el juez Miguel De La O optó por una condena de 40 años, señalando que el crimen fue una “atrocidad”. Durante el juicio, los familiares de Rivero ofrecieron conmovedoras declaraciones, incluyendo a su hermano Zandy, quien describió a Zadiel como un hombre pacífico y dedicado a su familia. Sin embargo, estos testimonios no lograron ablandar al tribunal.
Una situación compleja para los involucrados
El caso presentó desafíos únicos para la defensa, especialmente porque involucraba a dos hermanos con roles diferentes en el incidente. Zandy fue captado en video sosteniendo un tubo de metal y ayudando a inmovilizar a Canet, pero su abogado, Jonathan Jordan, argumentó que su cliente solo intentaba proteger a su hermano. Finalmente, Zandy fue absuelto, mientras que Zadiel enfrentó todo el peso de la ley.
El desenlace trágico
Frank Canet intentó sobrevivir al brutal ataque, escapando del lugar e intentando llegar al hospital Mount Sinai en Hialeah. A pesar de los esfuerzos de una joven de 18 años que lo ayudó a conducir hasta el centro médico, Canet falleció en el camino debido a la gravedad de sus heridas.
Este caso deja tras de sí una estela de preguntas sobre los límites de la legítima defensa, las dinámicas familiares y el impacto de los crímenes violentos en la comunidad. ¿Fue Zadiel Rivero una víctima de las circunstancias o un culpable que mereció su condena? El debate sigue abierto.