En una reciente conferencia de prensa internacional, Joaquín Alonso Vázquez, ministro cubano de Economía y Planificación, aseguró que la situación económica de Cuba está experimentando ciertos avances, aunque subrayó que aún se requieren nuevas medidas en su sector para poder lograr una recuperación más sólida. Alonso afirmó que, a pesar de los efectos negativos sufridos, especialmente tras los huracanes y terremotos que afectaron al país, se empiezan a ver señales de mejoría en la economía, como la reducción del déficit fiscal y la reacción positiva de algunos índices macroeconómicos.
“Hemos tenido efectos negativos y efectos positivos que nos permiten ver cómo se empieza a oxigenar la economía cubana. Va mejorando el déficit fiscal, no todo lo que queremos, pero va bajando; y ya comienzan a reaccionar determinados índices macroeconómicos que permiten avizorar que vamos avanzando”, expresó el ministro.
Sin embargo, no entró en detalles sobre las “medidas adicionales” que el gobierno planea implementar para estabilizar la situación, aunque dejó claro que son necesarias para continuar con el proceso de recuperación.
Cuba sigue enfrentando una crisis multidimensional, que incluye una profunda crisis económica, energética, política y social. Mientras que el gobierno mantiene su discurso de que la recuperación está en marcha y que está recibiendo apoyo internacional, la realidad cotidiana para los cubanos es muy diferente. La población denuncia severos problemas como escasez de alimentos, apagones de más de 12 horas, creciente insalubridad en los barrios, y un colapso del sistema de salud, que afecta gravemente a los ciudadanos.
Por su parte, Óscar Pérez-Oliva Fraga, ministro de Comercio Exterior, destacó que Cuba está recibiendo ayuda internacional, en especial de organismos como las Naciones Unidas. Pérez-Oliva mencionó que este apoyo ha sido clave para la recuperación del Sistema Electro-energético Nacional, especialmente en términos de suministro de combustible. Sin embargo, su intervención fue parcialmente censurada, ya que la Televisión Cubana editó su declaración, dejando fuera detalles específicos sobre qué productos alimenticios están siendo distribuidos, cuándo y dónde.
En cuanto a la ayuda internacional, también se mencionaron cargamentos de insumos médicos y plantas eléctricas enviadas desde Estados Unidos, lo que, paradójicamente, pone en evidencia las contradicciones del discurso oficial que siempre ha señalado el embargo estadounidense como un obstáculo para el desarrollo del país. A pesar de esta ayuda externa, el gobierno cubano sigue insistiendo en que el “bloqueo” estadounidense es una de las principales causas de la crisis económica.
Este escenario refleja la profunda disparidad entre las declaraciones oficiales y las dificultades cotidianas que enfrenta la población cubana, que sigue luchando contra la escasez de recursos y la falta de infraestructura básica, mientras el gobierno continúa buscando soluciones en un contexto de creciente desconfianza social.