Ubicada en la provincia de Artemisa, Cuba, Playa Guanimar aún intenta recuperarse del duro golpe que dejó el huracán Rafael, el cual tocó tierra el 6 de noviembre de 2024 como un ciclón categoría 3. Con vientos de hasta 185 km/h, el huracán causó estragos en esta tranquila comunidad costera, dejando inundaciones, viviendas en ruinas y calles convertidas en ríos de lodo y escombros. Los habitantes siguen luchando por volver a sus hogares, donde algunos se encuentran con la triste realidad de haberlo perdido todo.
Las imágenes que recorren las redes y los noticieros muestran un panorama sombrío. Las calles anegadas y las estructuras colapsadas reflejan la fuerza de Rafael y la vulnerabilidad de esta comunidad. Para los residentes de Playa Guanimar, el huracán no solo fue un golpe material, sino también un recordatorio de la fragilidad de sus hogares ante los embates de la naturaleza.
Julia: Una historia de resistencia en Playa Guanimar
Julia, una pescadora que ha pasado más de 30 años viviendo en Playa Guanimar, describe la devastación con la voz de alguien que ha perdido mucho, pero que aún mantiene una fortaleza admirable. Al regresar a su casa tras el paso del huracán, encontró una escena de destrucción total: “Cuando vi mi casa, esa experiencia nunca la había vivido; aquello fue desastroso”, cuenta Julia. No fue solo su casa, sino todo lo que rodeaba a su comunidad lo que estaba destruido y reducido a escombros.
A pesar de la insistencia de su hija para que se mude a un lugar más seguro, Julia no piensa abandonar el lugar donde ha pasado toda su vida. “Estoy viva, que es lo principal; lo otro es material, lo otro viene o que no venga”, reflexiona, mostrando un apego profundo a su tierra y un deseo de seguir luchando por su hogar.
Una comunidad que lucha por no perder la esperanza
Playa Guanimar está situada a solo 18 kilómetros de Alquízar, en la provincia de Artemisa, y ha sido por décadas el hogar de muchas familias que viven del mar y del turismo local. Ahora, la recuperación parece lejana, y muchos dudan que el gobierno comunista pueda brindar el apoyo necesario para reconstruir lo perdido. Aun así, la comunidad mantiene la esperanza y se aferra al amor que sienten por su playa, por sus casas y por sus vecinos.
Julia, como tantos otros, insiste en que no abandonará su tierra: “A mí me gusta la playa, hace tantos años que vivo en ella, vivo orgullosa de mi playa”, comenta con orgullo, recordando la belleza que tenía Playa Guanimar antes del paso de Rafael.
El huracán Rafael: un desastre peor que Charley
Este no es el primer huracán que golpea Playa Guanimar. Hace 20 años, el huracán Charley también dejó una huella devastadora en esta región, pero según muchos residentes, Rafael fue incluso peor. En agosto de 2004, Charley llegó con vientos de hasta 205 km/h y arrasó con las casas, las infraestructuras y la naturaleza de la zona. Para Julia y otros, fue una experiencia inolvidable, pero Rafael ha dejado un dolor aún más profundo, con una destrucción que parece total.
Para Playa Guanimar, el camino de la recuperación será largo y complicado. Pero si algo ha demostrado esta comunidad, es que su gente no se rinde fácilmente. Entre el lodo y los escombros, los habitantes de Guanimar siguen adelante, con el recuerdo de lo que era su hogar y la esperanza de que un día volverá a serlo.