¿Vejez digna? En Cuba imposible, pues los jubilados deben seguir trabajando para sobrevivir en el día a día

Redacción

En Cuba, el regreso al trabajo de muchos jubilados ha comenzado a convertirse en una triste realidad, lejos de la imagen del descanso que se asocia a la jubilación. Con una población envejecida y un sistema de pensiones insuficiente, un creciente número de adultos mayores se ve forzado a reincorporarse al mercado laboral debido a la devaluación de sus pensiones y la difícil situación económica del país.

El Costo de la Jubilación: Pensiones Insuficientes

Iraida, de 62 años, es un claro ejemplo de la difícil situación que enfrentan los jubilados cubanos. Tras solo 18 meses de disfrutar de su pensión mínima, decidió regresar al trabajo para poder subsistir. “Me retiré con la pensión mínima y cada mes me costaba más llevar el plato a la mesa. No es que ahora tenga mucho para comer, pero antes me iba a morir de hambre”, relata. Como ella, muchos otros jubilados en Cuba se han visto obligados a seguir trabajando para poder cubrir sus necesidades básicas.

Las pensiones en Cuba son muy bajas. Según cifras oficiales, la pensión mínima de un jubilado cubano es de 1.528 pesos (alrededor de cuatro euros al cambio del mercado informal), un monto insuficiente para cubrir los altos costos de los productos básicos. De hecho, la pensión mensual apenas equivale a una docena de huevos, lo que pone de manifiesto el abismo entre los ingresos y los precios de los productos de primera necesidad.

El Decreto 36: Reincorporación al Trabajo

En 2021, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social aprobó el Decreto 36, que permitió la reincorporación de jubilados a sus antiguos puestos de trabajo, siempre que las entidades lo autorizaran. Esta medida fue diseñada para paliar la escasez de mano de obra en diversos sectores, especialmente en el contexto de la migración masiva que ha dejado vacíos en el mercado laboral cubano.

Sin embargo, para muchos jubilados, esta reincorporación no es un logro, sino una “tristeza”. Indira, sobrina de Iraida, señala que “no es un logro, es una verdadera tristeza”, refiriéndose a la situación que obliga a los adultos mayores a volver al trabajo para sobrevivir.

El Testimonio de Juana: Trabajo a los 76 Años

Juana, de casi 76 años, es otra jubilada que decidió reincorporarse al trabajo. Después de una carrera como educadora en la educación preescolar y primaria, Juana se retiró, pero la pensión no le alcanzaba para cubrir sus necesidades. Viuda y sin recursos suficientes, decidió trabajar como recepcionista en un puesto que nadie más quería. Aunque su salario no es elevado, le permite aportar a la economía de la familia.

Juana explica que si bien la decisión de regresar al trabajo no fue fácil, no se veía otra opción: “Mi pensión no daba… eso, el hecho de que estaba francamente hundida por la muerte de mi esposo, y las gestiones de mi cuñada hicieron que volviera a trabajar”, dice, subrayando la presión económica que enfrentan muchos adultos mayores.

La Situación de los Jubilados en Cuba: Un Deterioro de la Calidad de Vida

Cuba enfrenta uno de los problemas demográficos más graves de la región, con un 21,6% de su población mayor de 60 años, según las últimas cifras oficiales. Esta población envejecida, junto con un éxodo migratorio sin precedentes, ha llevado a la escasez de trabajadores en diversos sectores, lo que ha hecho que muchos jubilados sean llamados a ocupar esos vacíos laborales.

Las estadísticas son preocupantes: en 2022, más de 39.000 jubilados se reincorporaron al trabajo, y en 2023, más de 640 jubilados prestaban servicio en el sector educativo en la provincia de Sancti Spíritus. Sin embargo, para muchos de estos trabajadores, lo que se está viviendo no es una reintegración voluntaria, sino una “necesidad de sobrevivir”. La pensión no es suficiente para garantizar una vejez digna, y las condiciones laborales para los jubilados en estos puestos suelen ser duras.

Maylín Fernández Suris, abogada especializada en asuntos de familia, denuncia que las cifras oficiales reflejan un “detrimento en la calidad de vida” de los cubanos, especialmente de los jubilados, quienes no tienen garantías para disfrutar de su vejez sin la necesidad de seguir trabajando. A pesar de las políticas públicas del Gobierno cubano, las condiciones económicas no permiten a muchos jubilados descansar y disfrutar de los años de retiro que merecen tras décadas de trabajo.

El Llamado a una Vejez Digna

El regreso al trabajo de los jubilados no es solo un reflejo de la pobreza y la crisis económica, sino también una llamada de atención sobre la falta de un sistema de pensiones adecuado y el déficit de políticas que garanticen una vejez digna para los ciudadanos cubanos. El sacrificio de estos adultos mayores, que han trabajado durante años por el bienestar de la sociedad, ahora se ve truncado por un sistema que no les ofrece la seguridad económica que deberían tener en su jubilación.

En este contexto, la “vejez digna” sigue siendo un anhelo distante para muchos, que se ven forzados a seguir trabajando a edades avanzadas para sobrevivir en un entorno cada vez más difícil. Como bien señala la amiga de Caridad, otra jubilada que regresó a las aulas, “esto no debería pasar”. El Gobierno cubano tiene la responsabilidad de garantizar que los jubilados puedan disfrutar de su retiro sin tener que sacrificar su descanso por la necesidad de subsistir.