Brigadas de Respuesta Rápida: La movilización del gobierno cubano ante la crisis post-huracán en La Habana

Redacción

Luego del paso devastador del huracán Rafael y la caída del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en Cuba, las autoridades cubanas han activado nuevamente las Brigadas de Respuesta Rápida, grupos parapoliciales que tienen como objetivo frenar posibles protestas o alteraciones del orden público, debido a la escasez de servicios básicos como electricidad, agua, gas y el colapso de servicios públicos esenciales como la salud y la recogida de basura.

Estas brigadas, compuestas principalmente por trabajadores civiles de instituciones estatales, fueron desplegadas en varias zonas, con énfasis en puntos neurálgicos como las oficinas del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, ubicadas en el Vedado, La Habana. En este contexto, los grupos se acuartelan en estas instalaciones durante las noches para estar preparados ante cualquier eventualidad, como posibles protestas o disturbios que surjan de la creciente frustración popular por la crisis de servicios.

Coacción y movilización forzada

En las últimas semanas, los trabajadores estatales han sido convocados a unirse a estas brigadas, aunque, según testimonios, la “voluntariedad” que se les exige en realidad es una forma de coacción. A los militantes del Partido y los cuadros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), así como a los funcionarios y sus reservas, se les ha indicado que la participación es obligatoria, mientras que a los trabajadores comunes se les ha asegurado que su disposición a colaborar será tenida en cuenta para futuras promociones o asignaciones.

Esteban, un trabajador habanero, relató que, a pesar de no contar con agua ni electricidad en su hogar tras el paso del huracán, accedió a participar en las guardias nocturnas para evitar posibles represalias. Durante una de estas jornadas, Esteban fue transportado en un ómnibus junto a otros compañeros, sin saber a dónde se dirigían. El destino fue el Comité Provincial del Partido en el Vedado, donde se les entregaron raciones de comida y refrescos, y se les explicó que su misión era estar preparados para “neutralizar” cualquier tipo de disturbio social.

El coordinador provincial de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) instruyó a los participantes que, en caso de encontrarse con personas protestando o actuando de forma violenta, debían calmar a la población y, si era necesario, “neutralizarlas”. Se les indicó que contarían con el apoyo de la Policía y de oficiales de la Contrainteligencia para llevar a cabo esta tarea. Afortunadamente, Esteban indicó que no hubo incidentes esa noche, pero las guaguas regresaron a los puntos de recogida pasadas las 12 de la madrugada.

Condiciones incómodas y descontento en las movilizaciones

Andrés, residente cerca del Comité Provincial del Partido, criticó abiertamente la incomodidad que representan estas movilizaciones, que alteran la tranquilidad del barrio durante la noche. Según él, los miembros de las brigadas prefieren quedarse charlando en la calle, lo que genera incomodidad para los vecinos. En ocasiones, estos grupos dejan detrás de sí basura y restos de comida en las aceras, lo que agrava aún más la situación en un contexto de escasez de recursos.

Andrés también observó que, aunque hay falta de ómnibus en las calles y problemas de combustible en Cuba, las guaguas del Partido parecen estar siempre bien abastecidas de combustible, lo que genera malestar entre la población. Muchos de los movilizados, según su testimonio, se muestran descontentos con la tarea que se les encomienda, y algunos incluso expresan que no están para reprimir a la gente, sino que ese trabajo corresponde a la Policía.

La función de las Brigadas de Respuesta Rápida

Estas brigadas no son algo nuevo en Cuba, ya que el Gobierno ha utilizado estos grupos para reprimir cualquier tipo de desobediencia o protesta popular en el pasado. Durante la “Era Especial” (en los años 90 tras la caída del bloque soviético), y más recientemente durante las protestas de 2021, las Brigadas de Respuesta Rápida han jugado un papel clave en neutralizar a los opositores y calmar a la población ante crisis económicas y sociales.

El objetivo principal de estas brigadas es detener posibles protestas relacionadas con la escasez de servicios básicos y la falta de respuesta del Gobierno ante las demandas de la población. La estrategia parece centrarse en acallar el descontento social antes de que se convierta en una crisis mayor.