El huracán Rafael, que azotó la región occidental de Cuba, dejó a la provincia de Artemisa sumida en una grave crisis a raíz de los fuertes vientos y lluvias que destrozaron gran parte de la infraestructura eléctrica y de comunicaciones. Seis días después de que el huracán pasara por la isla, solo un 2% de la provincia contaba con electricidad, lo que evidencia la magnitud de los daños y la complejidad de las labores de recuperación.
Daños en la Infraestructura Eléctrica
El apagon general en Artemisa comenzó el miércoles 6 de noviembre de 2024, a las 2:48 p.m., antes de que el huracán tocase directamente la provincia, lo cual hizo que la Unión Eléctrica responsabilizara los cortes a los fuertes vientos provocados por la tormenta. Sin embargo, la situación empeoró tras el paso de Rafael.
El desmantelamiento de la red eléctrica fue devastador: se derrumbaron cientos de postes de electricidad y varias torres de alta tensión (de 220,000 y 110,000 voltios) fueron completamente destruidas en la autopista Habana-Artemisa. Las imágenes publicadas por medios estatales en redes sociales mostraron la magnitud de la destrucción, con las torres convertidas en amasijos de hierros.
Impacto en las Comunicaciones
El sistema de telecomunicaciones también sufrió graves daños. La red fija en Artemisa estaba operando al 61,2%, mientras que la red móvil solo al 34,4% de su capacidad. Esto dificultó aún más la comunicación entre los ciudadanos y con las autoridades, limitando las opciones de coordinación de ayuda y las gestiones de reparación.
Destrucción de Viviendas y Agricultura
En cuanto a los daños materiales, las viviendas de la provincia fueron gravemente afectadas, con un total preliminar de 15,453 viviendas afectadas, cifra que aún podría aumentar a medida que se realicen más evaluaciones.
Además, el sector agrícola sufrió un duro golpe: alrededor de 15,192 hectáreas de cultivos fueron afectadas por el paso del huracán, de las cuales apenas se han podido recuperar 992 hectáreas. Esto representa una grave pérdida para la producción de alimentos en la región, lo que podría agravar la crisis alimentaria que ya atraviesa el país. A pesar de ello, se lograron acopiar alrededor de 546 toneladas de alimentos, lo que representa un esfuerzo, aunque insuficiente, para paliar la escasez que enfrenta la población.
Respuesta y Recuperación
El Consejo de Defensa Nacional y la Defensa Civil han reconocido que la situación sigue siendo muy compleja, y que la recuperación de la electricidad está tomando más tiempo del previsto, a pesar de que brigadas de otras provincias se han desplazado a Artemisa para reforzar los trabajos de reparación.
Contexto Más Amplio
El paso del huracán Rafael es solo uno de los muchos desastres naturales que Cuba ha enfrentado en los últimos años, y los daños estructurales en Artemisa reflejan las graves vulnerabilidades de la infraestructura cubana ante fenómenos climáticos extremos. Los efectos del huracán en la región occidental del país son un recordatorio de los desafíos persistentes en la gestión de emergencias y la necesidad de una infraestructura más resiliente ante desastres naturales.
Además de los efectos inmediatos, la recuperación de la provincia se prevé larga y costosa. Sin una solución rápida para la restauración eléctrica, las comunicaciones y los sectores productivos, el impacto en la calidad de vida de los ciudadanos podría alargarse por semanas, si no meses. Esto subraya la creciente fragilidad de las comunidades cubanas frente a la crisis económica y la falta de recursos para enfrentar tales emergencias.