A pesar de que el huracán Rafael ya dejó Cuba, la capital, La Habana, continúa sumida en la oscuridad, con gran parte de la ciudad aún sin electricidad. La situación, que ha dejado a miles de habaneros sin servicio eléctrico por más de 72 horas, sigue siendo crítica, mientras las autoridades luchan por restablecer el sistema eléctrico en medio de la devastación dejada por el fenómeno natural.
Según una nota emitida esta mañana por la Empresa Eléctrica de La Habana, del total de los 337 circuitos de distribución primaria en la ciudad, solo se encuentran funcionando un 48%. A pesar de que se han restablecido algunos circuitos, como los de hospitales y abastecimiento de agua, la gran mayoría de la población sigue a oscuras.
Recuperación eléctrica: un proceso lento y difícil
El gobierno ha desplegado brigadas de trabajadores provenientes de varias provincias para ayudar en la recuperación, con contingentes de Las Tunas, Holguín, Granma, Camagüey, Cienfuegos y Sancti Spíritus apoyando en el restablecimiento de la electricidad. A pesar de los esfuerzos, en gran parte de La Habana siguen presentes los árboles caídos, los postes y cables en el suelo, mientras la basura se acumula en las calles, lo que contribuye al caos generalizado.
El caos y el descontento ciudadano
La situación se ha vuelto insostenible para la población. Miles de habaneros siguen sin electricidad, enfrentando altas temperaturas y la imposibilidad de preservar los alimentos, que se echan a perder rápidamente en medio de los cortes de energía. La falta de comunicación, además, ha dejado a la ciudad incomunicada, lo que ha aumentado el malestar general.
El abogado Manuel Viera, quien tiene una gran cantidad de seguidores en redes sociales, expresó su frustración a través de un mensaje en Facebook, donde criticó duramente la gestión del gobierno ante la crisis. “72 horas llevamos, ya la inmensa mayoría de los habaneros sin electricidad y no se ve avance. Dos días después del huracán siguen las ramas de árboles en las calles y no se ve a nadie recogiendo nada. Junto a la electricidad quedamos incomunicados y con todos los equipos ya descargados. Somos ahora mismo un pueblo desinformado e incomunicado con nuestros familiares”, dijo Viera, reflejando el sentir de muchos ciudadanos.
Viera también cuestionó la gestión de la crisis, sugiriendo que el verdadero “huracán” que ha golpeado a la población es la falta de respuesta del gobierno. “Sí, fueron duros los vientos y la lluvia de Rafael, pero va resultando peor el huracán revolucionario que le ha seguido detrás”, expresó, mientras denunciaba la falta de organización y el caos que sigue siendo evidente en la ciudad.
La respuesta oficial: trabajo en progreso, pero con resultados limitados
En medio del caos, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O, informó en su cuenta de Twitter que el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ha comenzado a sincronizarse. “Se trabaja en las provincias occidentales en celaje de circuitos, levantamiento de postes y tendido eléctrico”, detalló el ministro.
Sin embargo, la situación en La Habana sigue siendo compleja, ya que las autoridades se esfuerzan por restablecer la energía en medio de los daños generalizados y la falta de recursos. Apenas 24 horas antes, la Empresa Eléctrica de Holguín anunció que había logrado interconectar los circuitos que suministran electricidad desde Matanzas, lo que permitió comenzar a energizar algunas partes del país. La Unión Eléctrica también informó que se trabaja en energizar la red de la zona occidental, a partir de la generación de electricidad de Energás Boca de Jaruco.
El impacto en la agricultura y la crisis alimentaria
A la crisis energética se suma otro grave problema: el daño a la agricultura en la provincia de Artemisa, que se vio severamente afectada por el paso de Rafael. El huracán destruyó el 100% de los cultivos de plátano y afectó 3,800 hectáreas de yuca, lo que agrava la crisis alimentaria que enfrenta el país. La destrucción de estos cultivos no solo representa una pérdida económica significativa, sino que también amenaza la seguridad alimentaria en medio de una creciente escasez de productos básicos.
Conclusión: la necesidad de soluciones urgentes
La situación en La Habana, tras el paso del huracán Rafael, refleja las deficiencias estructurales en el sistema energético de Cuba y la falta de recursos para enfrentar crisis de este tipo. La electricidad sigue siendo un lujo para muchos, y la frustración de los ciudadanos aumenta con cada hora que pasa sin mejoras sustanciales. La crisis energética, sumada a los daños materiales y a la escasez de alimentos, pone en evidencia la urgente necesidad de una respuesta más efectiva y una reestructuración del sistema eléctrico nacional, para evitar que situaciones como esta sigan afectando a la población cubana.