Tras el paso devastador del huracán Rafael por la provincia de Artemisa, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel recurrió a su habitual tono triunfalista para intentar mostrar una imagen de control y resiliencia. A través de su cuenta en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), Díaz-Canel afirmó que “Cuba está de pie y combatiendo”, buscando disipar las críticas que dejó su gestión durante el manejo de la crisis tras el huracán Óscar en Guantánamo, un desastre natural que dejó serias consecuencias y que fue ampliamente señalado por su ineficiencia.
“Cada vez que nos enfrentamos a grandes obstáculos, conscientes de que sí podemos, estamos empezando a vencerlos. Cuba está de pie y combatiendo. Venceremos”, escribió el mandatario, como un mensaje de optimismo en medio de una situación de desastre, y con el fin de reforzar el espíritu combativo que intenta proyectar su gobierno ante las adversidades. Sin embargo, este tipo de mensajes, repetidos por Díaz-Canel tras cada catástrofe natural, contrasta con las duras críticas sobre la falta de preparación y la ineficiencia de su administración.
Discurso triunfalista y propaganda oficial
Desde los días previos a la llegada del huracán Rafael a Artemisa, Díaz-Canel intensificó su discurso de propaganda comunista y de calma artificial, en un esfuerzo por transmitir tranquilidad a la población y, al mismo tiempo, tratar de enmascarar la situación caótica que atraviesa el país, que enfrenta, entre otros problemas, un nuevo apagón masivo.
«Chequeamos bien temprano la situación meteorológica del país. Estamos en constante comunicación con los territorios que sentirán los mayores efectos del huracán Rafael. Nos hemos preparado bien y de inmediato estaremos pasando a la recuperación. ¡Fuerza Cuba!», publicó el presidente horas antes de que el huracán tocara tierra, aunque los efectos de la tormenta serían devastadores para muchas zonas de la isla.
Imágenes de propaganda gubernamental
A través de la cuenta oficial de la Presidencia en X, se compartieron imágenes del mandatario recorriendo algunos puntos de La Habana, donde brigadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el Ministerio del Interior (MININT) y el Ministerio de Agricultura (MINAG) estaban llevando a cabo trabajos de recuperación. Estas imágenes fueron difundidas con la intención de mostrar la rápida respuesta del gobierno a la emergencia, aunque la eficacia real de estas labores ha sido cuestionada por muchos ciudadanos, que continúan lidiando con la falta de servicios básicos, entre ellos la electricidad y el acceso a productos de primera necesidad.
Contradicciones en su mensaje
El martes pasado, mientras el huracán Rafael avanzaba hacia el occidente de Cuba, Díaz-Canel insistió en que el país estaba «preparado y organizado» para hacer frente al desastre, una afirmación que, en muchos casos, no coincidió con la realidad sobre el terreno. La falta de infraestructura, la escasez de recursos y la ineficiencia en la respuesta gubernamental, especialmente tras el huracán Óscar, continúan siendo puntos de fuerte crítica en las redes sociales y entre los cubanos que han experimentado los efectos de estos fenómenos meteorológicos en carne propia.
Este contraste entre el discurso oficial y la realidad de la crisis, donde muchos ciudadanos siguen enfrentando dificultades por la falta de un sistema de respuesta eficaz, revela las contradicciones que marcan la gestión del gobierno cubano en tiempos de desastre. En lugar de abordar estos problemas de manera transparente, el mandatario opta por promover una narrativa triunfalista que, aunque bien recibida en ciertos sectores del régimen, no logra ocultar los desafíos reales que enfrenta la población.