La basura, escombros y arboles caídos se acumulan en montañas en las calles de La Habana tras paso del huracán Rafael

Redacción

A pesar de los esfuerzos del gobierno cubano por controlar la acumulación de desechos en la capital, la situación de higiene en La Habana sigue siendo crítica tras el paso del huracán Rafael. La ciudad, que ya arrastraba problemas con la recolección de basura, se vio aún más afectada por el impacto del fenómeno meteorológico, que dejó montones de escombros, árboles caídos y, por supuesto, más basura en las calles.

Un recorrido realizado por nuestra redacción este viernes por varias zonas del municipio Centro Habana mostró la persistencia de la crisis de higiene. En áreas clave como las intersecciones de la calle San Miguel con Industria, Amistad, Águila y Colón, así como en las esquinas de Águila con Neptuno, la basura sigue acumulándose sin que se observe una mejora significativa en el servicio de recolección.

La situación se ha agravado aún más por los desechos adicionales generados por el paso del huracán, que sumaron árboles caídos, ramas y escombros de los derrumbes provocados por los fuertes vientos. En medio de este panorama, la ciudadanía se muestra cada vez más frustrada por la falta de respuesta efectiva a este problema crónico.

La promesa de “gran movilización” no basta

A pesar de que la Asamblea del Poder Popular del municipio de Centro Habana compartió imágenes en las redes sociales de lo que calificaron como una “gran movilización” para limpiar las calles después del paso del huracán, los resultados no han sido los esperados. Las calles siguen desbordadas de basura y escombros, una realidad que contrasta con las promesas de limpieza difundidas por las autoridades.

El gobierno de La Habana había instado a la población a mantener la higiene de sus hogares y barrios, y a tomar medidas preventivas antes de la llegada de Rafael. En la red social X (antes conocida como Twitter), las autoridades cubanas recomendaron a los ciudadanos disponer de recipientes bien tapados para la basura y mantenerlos alejados de los alimentos, como medida para evitar la propagación de enfermedades. Sin embargo, estas recomendaciones no han sido suficientes ante la ineficiencia del servicio de recogida de basura.

La basura como foco de contagio y peligro sanitario

La acumulación de basura en las calles de La Habana ya era un problema visible antes del paso del huracán, lo que complicó aún más la situación con las lluvias y las penetraciones costeras provocadas por el ciclón. La falta de drenaje adecuado y el cúmulo de desechos obstruyen los canales de agua, lo que contribuye a la formación de inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad.

Esta acumulación de basura representa no solo un riesgo sanitario debido a la posibilidad de la propagación de enfermedades, sino también un obstáculo para la recuperación tras el desastre. En las áreas más afectadas, los desechos dificultan la movilidad y la circulación de los habitantes, y representan un obstáculo adicional para la limpieza de las calles y la normalización de la vida cotidiana.

La frustración de los habaneros y la respuesta del gobierno

Las quejas de la población cubana no se han hecho esperar. Los ciudadanos expresan su frustración por la falta de organización en la gestión de la basura y por la escasa eficiencia de las brigadas de limpieza que se han desplegado en la capital. A pesar de las promesas del presidente Miguel Díaz-Canel de mejorar la situación, el problema persiste, y los residentes siguen enfrentando dificultades para lidiar con los desechos acumulados.

La respuesta del gobierno, aunque enérgica en sus comunicados y anuncios, ha demostrado ser insuficiente para hacer frente a la magnitud de la crisis. A medida que pasan los días y la ciudad se enfrenta a la difícil tarea de limpiar las calles, el descontento de los habitantes de La Habana sigue creciendo.

Un desafío estructural y de gestión pública

El problema de la basura en La Habana no es nuevo. A lo largo de los años, la capital cubana ha enfrentado dificultades recurrentes en la gestión de residuos sólidos, lo que ha generado un ambiente de insalubridad en varias zonas. La escasa infraestructura de recolección y el desgaste de los vehículos encargados de este servicio han contribuido a la acumulación de desechos en las calles.

Con el paso del huracán Rafael, este problema estructural se ha visto exacerbado, creando una situación de emergencia sanitaria que necesita soluciones urgentes. La falta de respuesta eficaz pone de manifiesto las limitaciones del sistema de gestión pública ante una crisis de esta magnitud, lo que genera preocupación no solo por la higiene, sino por el bienestar de los ciudadanos.