¡A la Guiteras no le escampan las malas noticias! La central termoeléctrica más grande de Cuba ahora tiene una “fuga de gases” que no le permite funcionar con normalidad

Redacción

Gobierno cubano informa que la central termoeléctrica Antonio Guiteras vuelve a entrar en funcionamiento, luego que un rayo la dejara ayer fuera de servicio

La crisis del sistema eléctrico en Cuba continúa siendo un desafío significativo, con la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, la más grande e importante del país, enfrentando una serie de problemas operativos que agravan la ya precaria situación. Esta planta, ubicada en la provincia de Matanzas, ha sido crucial para la generación de electricidad en la región occidental de la isla, pero, como ocurrió nuevamente este viernes, las constantes averías y fallas técnicas la han dejado funcionando muy por debajo de su capacidad máxima.

Fuga de gases y reducción de capacidad

La reciente fuga de gases en la caldera de la CTE Antonio Guiteras ha impedido que la planta pueda generar su total de 212 megawatts (MW). En lugar de operar a su máxima capacidad, actualmente está produciendo solo 175 MW. Esta avería, que afecta una de las cámaras muertas del sistema, requiere al menos 72 horas para su reparación, según informaron autoridades locales. Aunque el director general de la planta, Rubén Campos Olmo, indicó que se están tomando las medidas necesarias para subsanar el problema, la planta sigue funcionando con una carga limitada y no puede contribuir de manera efectiva a aliviar la crisis eléctrica que enfrenta la isla.

Fragilidad del sistema eléctrico cubano

La CTE Antonio Guiteras ha sido históricamente un pilar fundamental para la provisión de energía en la isla, pero su funcionamiento actual refleja las serias deficiencias del sistema eléctrico cubano. La planta, con 36 años de funcionamiento, ha experimentado varios fallos operativos en las últimas semanas, como el apagón masivo que afectó a toda Cuba el 18 de octubre. Aunque se logró restablecer el servicio tres días después, las interrupciones continuaron, dejando a muchos cubanos sin electricidad durante horas.

Además, el lunes pasado, siete unidades termoeléctricas estaban fuera de servicio, de las cuales tres estaban averiadas y las otras cuatro en mantenimiento. Este tipo de fallas contribuye a la inestabilidad del sistema eléctrico, que aún no ha logrado recuperarse de los recientes apagones masivos que han afectado tanto a la vida cotidiana de los ciudadanos como a la economía del país.

Apagones y corte de suministro

Los apagones prolongados continúan siendo una constante en diversas regiones del país, especialmente en la zona centro-oriental de Cuba, donde los cortes de electricidad han llegado a durar hasta 20 horas en algunas localidades. La falta de capacidad en el sistema eléctrico nacional está afectando gravemente a la población, generando malestar y frustración, especialmente con el inicio de la temporada de frío, que aumenta la demanda de electricidad para calefacción y otros usos básicos.

Estrategias para mitigar los apagones

Para intentar reducir el impacto de estos cortes, las autoridades cubanas han implementado una estrategia que consiste en dividir el sistema eléctrico en subsistemas regionales independientes. Esto permitiría una distribución más eficiente de la carga y reduciría la magnitud de los apagones en las provincias de Matanzas, Holguín y Cienfuegos.

A pesar de estos esfuerzos, el restablecimiento del servicio sigue siendo lento y parcial. Según las fuentes oficiales, solo se ha logrado recuperar el 55,7% del servicio en la Isla de la Juventud, el 19% en Pinar del Río, y algunos circuitos de Matanzas han logrado restablecerse en ciudades como Cárdenas y Colón. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica en muchas otras zonas del país.

Impacto en la vida diaria

Los problemas persistentes del sistema eléctrico no solo afectan la comodidad de los cubanos, sino que también inciden directamente en la productividad del país. El corte de electricidad prolongado impacta negativamente en las actividades comerciales, el trabajo, los servicios médicos y otros sectores esenciales. La situación, por tanto, va más allá de un simple inconveniente; se ha convertido en un problema estructural que requiere soluciones a largo plazo.