El 6 de noviembre de 2024, Donald Trump logró una victoria histórica al derrotar a Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, convirtiéndose en el 47º presidente del país. Esta victoria es especialmente significativa porque marca el regreso de Trump a la Casa Blanca tras haber perdido la reelección en 2020, lo que lo convierte en el primer presidente desde Grover Cleveland en 1892 en lograr mandatos no consecutivos.
Contexto de la campaña
Trump, quien anunció su candidatura en noviembre de 2022, centró su campaña en los logros de su primer mandato y en criticar las políticas de la administración Biden-Harris. En particular, atacó las políticas que, según él, provocaron inflación y empeoraron la crisis fronteriza. Su mensaje resonó con un amplio sector de la población que sentía que las políticas de la administración demócrata no habían dado los resultados esperados.
En un giro inesperado, el presidente Joe Biden, quien inicialmente había anunciado su intención de buscar la reelección, abandonó la carrera en julio de 2024 tras un desempeño débil en el primer debate presidencial contra Trump. Este revés condujo a una decisión sorprendente de Biden: retirar su candidatura y apoyar a Kamala Harris para que tomara el liderazgo del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales.
El ascenso de Kamala Harris
La fórmula demócrata se vio transformada tras la retirada de Biden, con Kamala Harris como la candidata presidencial del Partido Demócrata. Durante la campaña, Harris trató de movilizar el apoyo de los votantes destacando los riesgos que representaba, según su perspectiva, el regreso de Trump a la Casa Blanca. En sus discursos, alertó sobre el peligro que representaba la figura de Trump para la democracia de Estados Unidos, subrayando la amenaza de una prohibición nacional del aborto y otras políticas conservadoras que podrían implementarse bajo su liderazgo.
Los atentados contra Trump
A lo largo de la campaña, Trump fue víctima de dos atentados que marcaron aún más la tensa atmósfera política. El primer incidente ocurrió en Pensilvania, durante un mitin, cuando un hombre armado disparó hacia Trump, rozando su oreja. El segundo atentado tuvo lugar en su campo de golf en Florida, cuando un hombre armado fue interceptado antes de que pudiera acercarse al expresidente.
Trump reaccionó a estos ataques atribuyéndolos a la “retórica” de los demócratas, señalando que figuras como Biden y Harris fomentaban un ambiente hostil hacia él. Durante sus intervenciones, Trump criticó a la administración demócrata por no condenar estos actos de violencia, y utilizó los incidentes como prueba de que sus opositores estaban creando un clima peligroso para la política estadounidense.
La recta final de la campaña
En las semanas previas a las elecciones, Trump concentró su discurso en promesas de crecimiento económico, seguridad fronteriza y una estrategia de “paz a través de la fuerza” en el ámbito internacional. Su lema final de campaña fue “Harris lo rompió. Trump lo arreglará”, un mensaje directo a los votantes que sentían que la administración demócrata había fallado en varios aspectos clave de la gobernanza.
Por otro lado, Kamala Harris centró su campaña en señalar lo que ella percibía como la amenaza que Trump representaba para la democracia. A lo largo de la campaña, Harris destacó que Trump era un líder divisivo que había desmantelado muchos avances logrados en su primer mandato y que su regreso a la Casa Blanca podría llevar a un retroceso en derechos civiles y libertades.
El resultado
En una elección reñida, Trump logró vencer a Harris, quien no pudo consolidar el apoyo que el Partido Demócrata había esperado. La victoria de Trump no solo marcó su regreso al poder, sino que también consolidó su figura como el líder del Partido Republicano en un contexto de polarización y tensiones sociales.
Este resultado histórico no solo subraya el regreso de un presidente no consecutivo, sino también refleja un país profundamente dividido, con una lucha continua por el futuro político de Estados Unidos.
Perspectivas futuras
Con su triunfo, Trump se prepara para liderar nuevamente el país, pero se enfrenta a un panorama político y social complejo. Kamala Harris, aunque derrotada, continúa siendo una figura clave en el Partido Demócrata, mientras que Trump se enfrenta al desafío de gobernar en un país cada vez más polarizado.
Este retorno de Trump marca el inicio de un nuevo capítulo en la política estadounidense, con un horizonte lleno de incertidumbres sobre las futuras políticas internas y exteriores de su administración.