La tormenta tropical Rafael sigue fortaleciéndose a medida que se aproxima hacia el occidente de Cuba, y según los pronósticos más recientes del Centro Nacional de Huracanes (NHC), la parte derecha de la tormenta, conocida como el “lado sucio”, afectará directamente a La Habana, lo que pone a la capital cubana en una situación de alta vulnerabilidad.
El “lado sucio” y sus peligros
El lado sucio de un huracán es la zona más peligrosa, que generalmente produce los vientos más fuertes, lluvias torrenciales y oleaje peligroso. Además, este lado tiene una mayor probabilidad de generar tornados, lo que aumenta el riesgo de daños para las personas y las estructuras en su camino. Según el Centro Internacional de Investigación de Huracanes de la Universidad Internacional de Florida, la zona más intensa de Rafael –que podría tocar tierra como un huracán de categoría 2– afectará a La Habana con impactos severos en las próximas horas.
La tormenta continúa ganando intensidad a medida que avanza por aguas cálidas del Mar Caribe, lo que le permite fortalecer su estructura. De acuerdo con los expertos, este incremento de poder podría resultar en condiciones climáticas extremas para la capital cubana, que ya enfrenta numerosas dificultades de infraestructura y gestión urbana.
Amenazas adicionales: Inundaciones y derrumbes
El pronóstico de fuertes lluvias que acompañarán a Rafael, sumado a los vientos huracanados, podría causar serios problemas en La Habana, especialmente en zonas bajas de la ciudad. El sistema de drenaje de la capital cubana, que ya se encuentra en condiciones críticas, no está preparado para soportar grandes cantidades de lluvia. Esto podría generar inundaciones y complicar aún más la situación en barrios vulnerables.
La insalubridad también es una preocupación, ya que la acumulación de basura en las calles podría empeorar las condiciones de salud pública en medio de las lluvias, propiciando la proliferación de enfermedades y dificultando el trabajo de los servicios de emergencia.
Viviendas en riesgo
Uno de los mayores desafíos de La Habana es el mal estado de muchas de sus viviendas, que han sufrido años de deterioro. Las estructuras vulnerables podrían no resistir los fuertes vientos, y el riesgo de derrumbes se incrementa con las lluvias intensas. Muchas viviendas en áreas de la capital tienen techos frágiles y paredes debilitadas, lo que representa un grave peligro para los residentes.
Preparativos gubernamentales y preocupaciones de la población
A pesar de los esfuerzos del gobierno cubano para activar protocolos de emergencia, con la movilización de equipos de evacuación y la preparación de refugios en zonas vulnerables, la realidad sobre el terreno es más compleja. El presidente Miguel Díaz-Canel aseguró que Cuba está “preparada y organizada” para enfrentar el embate de Rafael, aunque la percepción popular a menudo difiere de la gestión gubernamental, especialmente tras los recientes desafíos de la isla.
Un futuro incierto
La llegada de Rafael es un recordatorio de la vulnerabilidad de Cuba frente a fenómenos meteorológicos extremos, agravada por la situación de infraestructura y sistemas de gestión que han quedado al borde del colapso tras años de desinversión y crisis. Las próximas horas serán cruciales para determinar el impacto real del ciclón, y el nivel de preparación de las autoridades será puesto a prueba una vez más frente a una emergencia de grandes proporciones.
Mientras tanto, los habitantes de La Habana y otras áreas cercanas se mantienen alertas, esperando que las autoridades puedan minimizar los daños y proteger a la población ante los efectos devastadores de este fenómeno natural.