Runielbis Samón, el guantanamero que encaró a Díaz-Canel y denunció que el régimen los abandonó durante el paso del huracán Oscar: “Comenzamos a pedir auxilio, pero nadie nos contestó”

Redacción

Runielbis Samón Laffita, el cubano que se hizo viral por su valiente reclamación ante el presidente cubano Miguel Díaz-Canel tras ser abandonado con 29 niños en una escuela en Guantánamo durante el paso del huracán Oscar, ha vuelto a ser noticia. En una entrevista reciente con Diario de Cuba, Samón relató con detalles desgarradores su experiencia durante el desastre natural y cómo las autoridades locales, específicamente la Defensa Civil, no cumplieron con sus promesas de apoyo.

El abandono de la Defensa Civil

Samón, residente en la localidad costera de Playa Sabanalamar, una de las zonas más vulnerables a inundaciones en Guantánamo, explicó cómo, ante la amenaza inminente del huracán, fue evacuado junto a su familia y otros vecinos a una escuela especial, confiando en la protección que le habían prometido las autoridades. Sin embargo, cuando las lluvias comenzaron a inundar el refugio durante la madrugada, la situación se tornó caótica y la ayuda no llegó.

“Nadie nos contestó, comenzamos a pedir auxilio, pero no hubo respuesta. Fue desesperante”, dijo Samón, visiblemente afectado. La escuela, que se suponía debía servir como refugio seguro, pronto se convirtió en un lugar peligroso, especialmente para los niños y personas mayores que se encontraban allí. En total, 29 niños se encontraban en la misma situación, según el recuento de Samón.

Luchando por la vida y la seguridad

Frente a la creciente inundación, Samón, padre de cinco hijos, se vio obligado a improvisar métodos de salvamento. Con el agua subiendo, se guió por los relámpagos en la oscuridad para encontrar una salida segura. “Fue un momento de mucho miedo. Yo no solo trataba de proteger a mis hijos, sino también a los demás niños y adultos mayores, algunos de los cuales ya mostraban signos de hipotermia”, relató, mostrando el nivel de angustia y desesperación al que se vio sometido.

El relato de Samón es estremecedor: durante la emergencia, no solo se enfrentaba a las aguas crecientes, sino a la absoluta falta de coordinación y apoyo por parte de las autoridades locales. Afortunadamente, un guardia que se encontraba en el refugio lo ayudó a subir a un lugar más seguro, pero la situación de abandono y falta de recursos fue evidente durante todo el evento.

La confrontación con Díaz-Canel

Días después de la tormenta, Samón se enteró de que el presidente Miguel Díaz-Canel se encontraba en la zona para evaluar los daños. Aprovechando esta oportunidad, se acercó al mandatario para expresar su frustración por la falta de apoyo durante el desastre. “Mi inmenso dolor de padre fue el que me impulsó a tratar de hablar con él”, confesó Samón a Diario de Cuba.

En su encuentro con Díaz-Canel, Samón le reclamó abiertamente la negligencia de las autoridades locales y la falta de preparación ante el paso del huracán. “Nos dejaron solos. Todo lo que prometieron fue en vano”, afirmó Samón en esa ocasión.

Respuesta del Gobierno y apoyo ciudadano

Aunque el gobierno cubano ha intentado presentar algunas ayudas, como alimentos, a las familias afectadas, Samón destacó que la respuesta institucional ha sido insuficiente y que muchas veces esa ayuda ha sido vendida a la población. “Muchos perdieron todo, incluidas sus tarjetas bancarias. ¿Y cómo lo están pagando? ¡Solo Dios lo sabe!”, comentó, refiriéndose a la falta de transparencia en la distribución de los recursos.

A pesar de la falta de acción de las autoridades, Samón subrayó que la solidaridad de los ciudadanos ha sido la única fuente real de apoyo. “Lo más grande que hemos recibido ha sido la ayuda de la misma gente, de los vecinos y de quienes, a pesar de su situación, se han brindado a apoyar”, afirmó, resaltando el espíritu de comunidad y cooperación que, en su opinión, ha sido más efectivo que las medidas gubernamentales.

Un llamado a la acción

A través de su testimonio, Runielbis Samón Laffita ha puesto de manifiesto la crisis de gobernanza y la falta de preparación ante desastres naturales en Cuba. Su valiente decisión de levantar la voz ante Díaz-Canel se ha convertido en un símbolo de la frustración de muchos cubanos que se sienten abandonados por las autoridades, especialmente en momentos de emergencia.

El caso de Samón también resalta una realidad común en varias regiones de Cuba: la falta de respuesta efectiva ante situaciones de riesgo y la creciente desconexión entre las promesas oficiales y las necesidades reales de la población. Su testimonio, al igual que otros de ciudadanos afectados por el huracán Oscar y otras catástrofes, continúa poniendo en evidencia las debilidades del sistema de gestión de desastres y la necesidad urgente de un cambio en la manera en que se gestionan las emergencias en la isla.