Las elecciones de 2024 en Estados Unidos están generando gran expectación no solo dentro del país, sino también entre los cubanos residentes en la isla, quienes están siguiendo de cerca la contienda presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris. Este Supermartes representa un día crucial en la elección del próximo presidente de Estados Unidos para el período 2025-2029, y las repercusiones de esta decisión se sienten a miles de kilómetros de distancia, en Cuba, donde la política de los Estados Unidos tiene un impacto directo en la vida cotidiana.
El chofer de almendrón que fue citado en la agencia AP expresa una preocupación generalizada entre muchos cubanos: la política de Trump hacia Cuba durante su primer mandato (2017-2021) fue percibida como negativa, especialmente en términos de economía y turismo, dos áreas fundamentales para la supervivencia de muchas familias cubanas.
“Te puedo decir que si sale Trump nos vamos a comer aquí los zapatos que nos quedan, porque esto está muy malo. La economía aquí está muy mala, y el turismo está por el piso”, dijo al citado medio.
Como señala este chofer, si Trump gana nuevamente, las condiciones en Cuba podrían empeorar aún más, dado que las restricciones económicas y las políticas de presión contra el gobierno cubano seguirían siendo una constante.
El regreso a políticas más restrictivas bajo Trump
Durante su administración, Donald Trump adoptó una política de confrontación con el gobierno cubano que incluyó varios cambios importantes respecto a la estrategia más conciliatoria de su predecesor, Barack Obama. A continuación se destacan algunos de los cambios más significativos que marcaron su mandato:
- Restricciones de viajes y remesas:
Trump limitó los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, especialmente los viajes individuales bajo el programa de “persona a persona”, que permitía a los ciudadanos estadounidenses viajar a la isla sin necesidad de un grupo turístico formal. Además, impuso restricciones a las remesas, limitando las transferencias de dinero que los cubanos en el exterior podían enviar a sus familias en la isla. Esto afectó a muchos ciudadanos cubanos que dependían de estos envíos para su sustento. - Reversión de acuerdos comerciales:
El gobierno de Trump también amplió la lista de empresas cubanas con las que los estadounidenses no podían hacer negocios, concentrándose en aquellas vinculadas a las fuerzas armadas y sectores de seguridad de la isla. Esto impactó directamente la economía cubana, que depende en gran medida del turismo y la inversión extranjera. - La activación del Título III de la Ley Helms-Burton:
Una de las decisiones más polémicas de Trump fue la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, que había estado suspendido desde su promulgación en 1996. Esta disposición permitió a los ciudadanos estadounidenses demandar a empresas extranjeras que operaran en propiedades que fueron expropiadas por el gobierno cubano después de la Revolución de 1959. La activación de esta medida dificultó aún más la inversión extranjera en la isla y aumentó la presión económica sobre el gobierno cubano. - Retiro de personal diplomático y disminución de servicios consulares:
En 2017, debido a los llamados “ataques sónicos” que afectaron a diplomáticos estadounidenses en Cuba, la administración Trump redujo su personal diplomático en la isla y limitó los servicios consulares. Esto dificultó los trámites de visas para los ciudadanos cubanos, afectando las relaciones familiares y comerciales entre los dos países. - Política hacia Venezuela:
La administración Trump también asoció estrechamente las políticas hacia Cuba y Venezuela, presionando a ambos gobiernos a través de sanciones económicas y diplomáticas. Trump acusó al régimen cubano de apoyar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, lo que intensificó la confrontación y las sanciones contra ambos países. - Enfoque en los derechos humanos:
Trump también adoptó una postura más crítica hacia el gobierno cubano en términos de derechos humanos. Apoyó abiertamente a la disidencia cubana y condenó las violaciones de derechos humanos, lo que fue bien recibido por muchos de los opositores al régimen de La Habana, aunque también aumentó la tensión entre ambos países.
¿Qué implicaría una victoria de Trump para Cuba?
En un escenario donde Trump regrese a la Casa Blanca, los cubanos, especialmente aquellos que dependen del turismo y las remesas, temen que las políticas restrictivas y la presión económica sobre el gobierno cubano se intensifiquen. La restricción de viajes, las sanciones adicionales y la presión diplomática podrían afectar aún más la situación económica y social de la isla.
Por otro lado, los cubanos que apoyan las políticas de confrontación con el régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel podrían ver en una victoria de Trump una continuidad de su enfoque, buscando aislar al gobierno cubano tanto política como económicamente.
¿Y Kamala Harris?
En contraste, Kamala Harris, como candidata del Partido Demócrata, podría proponer un enfoque diferente hacia Cuba, similar al de Obama, con más aperturas en términos de relaciones bilaterales, viajes y remesas. Los cubanos que añoran las políticas de acercamiento de la era Obama podrían ver en ella una opción más favorable, ya que hizo gestos en el pasado de apertura hacia Cuba y una relajación de las restricciones en la isla.
En resumen, las elecciones presidenciales en EE. UU. no solo son cruciales para el futuro del país, sino que tienen implicaciones significativas para Cuba. Dependiendo de quién salga elegido, los efectos sobre la economía cubana, las relaciones bilaterales y las condiciones de vida en la isla podrían ser drásticamente diferentes. Los cubanos dentro y fuera de la isla están muy atentos a este proceso electoral, conscientes de que su futuro podría depender, en gran parte, de la decisión que tomen los votantes estadounidenses.